La víspera de Santa Venus (fragmento) "Sir Benjamin no volvió. Probablemente había ido a despertar a Lady Drayton para contarle la extraña historia y quizá aconsejarle que bajase a oler el ozono, para que después durmiese mejor. Naturalmente, a ella le habría molestado que la despertase para decirle eso. También era posible que se hubiese entretenido en la bodega. O quizá había ido a cenar a la cocina. De todos modos, Ambrose tenía la impresión de que llevaba mucho rato solo. El olor del mar permanecía aún, tan intenso y tonificador como antes. En todo caso, el valor fluía ahora en las arterias de Ambrose, vigorizadas por el fuerte alcohol. Necesitaba más coñac, pero recordó que Sir Benjamin había ido a buscarlo y se contentó con media copita de Cointreau. Había unos cuantos libros en el salón, entre ellos un volumen de los poemas de Shakespeare. Cogió aquel volumen y empezó a leer Ahora, Ambrose empezó a comprender lentamente, ¿acaso no estaba él precisamente en la posición de Adonis? Cierto que no estaba cazando. No había preferido esto o aquello. Simplemente, había echado a correr. Mientras pensaba, un poco atontado, todo esto, Diana entró de puntillas en la estancia. Reina y cazadora, casta y bella. Bella, sí. Casta, posiblemente sí. ¿Reina? Tonterías. ¿Cazadora? Esta noche sólo había una cazadora. Ambrose fingió estar durmiendo. En cuanto cerró los ojos, sintió que una presencia aprovechaba aquella oscuridad gemela e íntima: le pareció sentir una especie de abrazo total de todo su cuerpo, excitado y espantoso. Abrió los ojos y vio la habitación llena de luz y a Diana plantada ante él. " epdlp.com |