Camuflando la quimera "Nos atamos ramas a los cascos. Nos pintamos las caras, y los fusiles, con el fango de la orilla del río, colgamos manojos de hierba de los bolsillos de nuestros uniformes de camuflaje. Nos fundimos con la selva contentos de que los colibríes se fijaran en nosotros. Nos ceñimos a los bambúes y luchamos contra el viento que venía del río arrastrando nuestros fantasmas desde Saigón a Bangkok, acordándonos de las mujeres que habíamos dejado en América. Apuntábamos a los pájaros de cantos ominosos. En nuestras paradas sombrías los simios de las rocas intentaban delatarnos lanzando piedras al anochecer. Los camaleones trepaban por nuestras espaldas, cambiaban del día a la noche: del verde al dorado, del dorado al negro. Pero esperamos hasta que la luna se convirtió en metal, hasta que algo se rompió dentro de nosotros. Los Vietcong se movían por la ladera, con sus vestidos de seda negra, transportando equipos pesados por la hierba. Allí estábamos escondidos. El río fluía por nuestros huesos. Los animales pequeños se escondían al notar nuestra presencia; contuvimos la respiración, listos para llevar a cabo la emboscada en L, mientras que el mundo daba vueltas debajo de nuestros párpados. " epdlp.com |