La flecha negra (fragmento)Michele Mari
La flecha negra (fragmento)

"Por cautela me propuse ampliar la comparación a toda la primera página, un deber al que dediqué la mañana siguiente; luego, ya convencido, dejé la edición Madella en la biblioteca y leí solo la edición Del Árbol. Leí como si fuera la primera vez, con el ansia de quien espera un adjetivo y no sabe cuál será, con el enajenamiento de quien se tropieza de noche con un adverbio emplumado, con la ventaja de quien reconoce los escudos heráldicos de un punto y coma, la armadura de una cursiva, la librea de un condicional. Y adentrándome en la novela, sentía que estaba enviando a mi padre embajadas de afecto, como aquel caballero que al término de cada día de viaje, enviaba un mensajero a su rey, y tantas jornadas se alejaba cuanto aumentaba el número de mensajeros. Pocas páginas antes de llegar al final pensé en llamarlo, con un pretexto cualquiera, para decirle que el libro me había gustado cada vez más, que quizá de momento no se lo había agradecido bastante, que tenía incluso una no-hora, que la Mota era un castillo, que quería saber si él lo había leído también y por eso lo escogió... Hubiera querido decirle todas estas cosas y muchas otras, pero no le dije nada. "


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