El joven sin alma (fragmento)Vicente Molina Foix
El joven sin alma (fragmento)

"Tomé la carta de sus manos con aprensión: la reconocible tinta verde de Ramón, que además en un lateral y no en la parte posterior del sobre ponía su nombre de pila y la dirección de la calle Joaquín Costa.
Esa nueva carta me desconcertó, porque Ramón introducía a un tercer personaje con voz en el relato. Que la voz convocada fuera la de Pedro, amigo y abogado de nuestra relación, no disipaba mi desasosiego.
Pedro. Su lástima por ti y no por mí se basa en tu vulnerabilidad. Pero también yo soy peligrosamente vulnerable. En cualquier caso él cree que puedo hacerte mucho daño cuando esto acabe. Yo digo: esto no acabará, y él se hace Frédéric Moreau y dice que un día u otro ha de acabar. ¡Narices! Yo le digo que estoy completamente seguro de mí mismo, y entonces él dice que eso demuestra mi madurez frente al asunto y tu inestabilidad básica. (Ya dice Sartre, en cualquier caso, que el amor es pura dialéctica.) Por otra parte, cree él que esto nuestro puede hacernos mucho bien a los dos, estabilizar nuestras vidas, reorganizarme a mí (lo cual está sucediendo ya) y levantarte a ti. En lo que empiezo a escribir ahora encuentra él una seguridad que me faltaba. Está convencido de que también en tu literatura sucederá así.
Era de nuevo una carta-baúl, aunque el relleno no contenía fruslerías: en el reverso de una postal del Palacio de Maricel de Sitges iba copiado en perfecto francés el fragmento de La educación sentimental de Flaubert en el que Frédéric Moreau se pregunta ante Madame Arnoux si un joven de su inteligencia y sus hábitos, «después de haber deseado lo más bello, lo más sensible, lo más encantador, una especie de paraíso en forma humana, cuando he encontrado, por fin, ese ideal», va a «enterrarse en provincias para jugar a naipes en el café y pasear con zuecos por los campos», añadiendo Ramón en un ladillo de la postal, con la tinta verde exhausta: ¿Puedo yo, que no soy Moreau, dejar mi ideal? "



El Poder de la Palabra
epdlp.com