Polvo y ceniza (fragmento)Eliécer Cárdenas
Polvo y ceniza (fragmento)

"El viejo besa el dedo gordo de su mano derecha y me agradece dicien­do mi nombre. Yo, admirándome, le pregunto cómo pue­de saber mi nombre, aquí, tan lejos de los lugares donde soy conocido. Te vi venir, Naún, me dice con unas pala­bras sin eses por la falta de dientes, con una voz mella­da, insegura por los años. Yo conozco todos los nombres y todos los caminos, Naún, me dice, y estoy en todas par­tes, en el aire, el agua, la tierra y hasta en tu corazón y tus sesos estoy, Naún. Viví, y morí, y resucité, pero aho­ra ando sin tiempo y mi edad es la del propio mundo. Y le miro las cicatrices secas, viejísimas sobre las manos, deformaciones de golpes antiguos en la nariz y las meji­llas, sangre reseca en las barbas blancas, ralas. Sé cómo sois y cómo vives, me dice guardándose el sol que le re­galé en un pañuelito mugroso y anudado. Y sé también que cerca de aquí viven unos hombres que hacen lo que vos para poder vivir. Y sé que te estarán aguardando y querrán matarte para robar tu gran caballo y la plata que llevas. Pero no tengas miedo, diles mi nombre nada más, diles que el ciego Jesús habló con vos". Embarrado, dán­dole las espaldas, recibiendo el golpeteo de la garúa so­bre su sombrero desteñido y su poncho en hilachas, se aleja camino abajo, perdiéndose en el ancho murallón de la neblina, volviendo a sonar su redoblante.
Se hunde en la maleza del páramo alto, encegue­cido por una apretazón de ramas bajas que le palpan, le azotan el rostro; el caballo tropieza en raíces salientes, se encabrita, se retoba, no quiere avanzar, apega el hocico a los helechos de los troncos, a las flores amarillas y el musgo esponjoso. La espesura del monte es casi negra a los costados del camino casi borrado por la vegetación húmeda: se retuerce y arrastra por hoyos anegados y él empieza a escuchar, furtivo y largo, un silbido que se ca­lla de golpe para iniciar una tanda de silbidos cortos y veloces. Y lejos, más allá del monte espeso otros silbidos idénticos le contestan al tiempo que el más cercano se transforma en un largo resuello, en un resoplido como de animal salvaje. "



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