Oído atento a los pájaros (fragmento)Luis Goytisolo
Oído atento a los pájaros (fragmento)

"El menos malo y también el que, como si dijéramos, tenía más cabeza era Valentín, el maestro del pueblo. Como persona, no era malo; lo malo eran sus ideas. Decía que no había felicidad sin igualdad, ni tampoco libertad. Decía que la libertad debía ser total para todos. Decía que a los niños había que enseñarles a leer y escribir para que después pudieran estudiar lo que en cada momento les diera la gana. Sin asignaturas obligatorias: lo que en cada momento les diera la gana. ¡Imagínese! Era lo que aquí llamamos un idealista. ¿Qué pasaría si todo el mundo pudiera hacer lo que quisiera, cuando dos personas quisieran lo mismo? Pero no era mala persona.
El Antón ya era más de cuidado, en el sentido de que era de armas tomar. Andaba metido en sindicatos agrarios y más de una vez se las había visto con la justicia. La más sonada fue el asalto a un camión que transportaba cerdos en canal: sacaron los canales y los amontonaron en la autopista, provocando un atasco de kilómetros. Protestaban por la caída del precio del cerdo. Y no crea que él tenía muchos; criaría uno o dos para consumo propio. Pero decía que encontraba injusto que mientras él no podía ganar, digamos, más de diez, otros ganaran mil o un millón. Su idea era expropiar; expropiar y repartir. Y como tenía lo que se dice dotes de mando, sin que él llegase a pedirlo ni nadie se lo discutiera, vino a convertirse del modo más natural en el jefe, en el número uno, y por eso ocupó el despacho del alcalde.
El Organista se apuntó en el último momento. Tenía una mercería y nadie sospechaba que fuese de ideas revolucionarias. Pero aún hay quien recuerda haberle visto subir las escaleras del Ayuntamiento para ponerse a disposición del Comité. Se ve que fue entonces cuando ofreció a los otros dos sus servicios de comisario político: su misión sería hacer cumplir las órdenes que ellos dieran en cuestiones relacionadas con la seguridad; las órdenes que fueran, sin entrar en su contenido, que él no estaba allí para discutirlas, sino para que se cumplieran. En estos casos lo normal es formar un triunvirato, dijo: Vosotros dos y yo. Y expuso una serie de antecedentes históricos. Se ve que los otros dos le escuchaban admirados. "



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