Cuando llegue el momento (fragmento) "Después de celebrar la misa, Balthasar Kranabeter, con la llave de la iglesia, de la que colgaba un gran crucifijo de madera, recorría el camino adoquinado entre las tumbas, salía por la chirriante puerta del cementerio y subía lentamente por la calle del pueblo, en dirección a la casa parroquial. Frente a los reflectantes cristales de las ventanas del edificio de la escuela se quedaba un momento ante el calvario. En un jarrón había seis o siete plumas de pavo real, cortas y largas. Los ojos verdiazules de las tres plumas de pavo rozaban las rojas llamas y ocultaban la cabeza del hombre atormentado, que se retorcía en el fuego del infierno y luchaba con la serpiente verde de un brazo de grueso y con el diablo. Tú que sabes rincones de tierras envidiosas / donde Dios, celoso, esconde piedras preciosas, / ¡apiádate, Satán, de mi larga miseria! La cruz de madera de la llave de la iglesia rozó varias veces la costura derecha del pantalón del servidor de Dios, que pasaba lentamente junto a una colmena zumbante que olía a panal. El silencio del pueblo fue interrumpido por varios gritos de pavo real estridentes y vibrantemente metálicos, que llegaban hasta la médula. Apenas diez minutos más tarde, la cocinera del párroco, con la cortina del confesionario polvorienta y violeta sobre el brazo derecho desnudo, subió por la calle del pueblo, santiguándose al pasar junto al calvario, hacia la casa parroquial. " epdlp.com |