Materia Gris (fragmento)William Hjortsberg
Materia Gris (fragmento)

"Después de seguir el curso del ataque en la instalación de la superficie, el Centro de Control ordena todos los preparativos para comenzar las operaciones de un programa omnilateral. Un equipo de trabajo de coches de mantenimiento es despachado hacia la superficie para la remoción de los escombros. Se estructuran planes preliminares para la nueva instalación; todos los Unistat 4000 disponibles son reclutados para dicha tarea; los proyectos relativos a mejoras son momentáneamente apartados. Entre los millones de detalles triviales registrados en carreteles de cinta guardados en los Archivos, durante este período de emergencia, se encuentra la información de que un residente del siglo veinte (mujer) se ha traspapelado. Aunque, técnicamente, estas cintas están reservadas para ser proyectadas siempre que una Unistat no esté ocupada con algo, las máquinas que trabajan en el Centro de Control saben que las cintas guardadas en el Archivo no vuelven a verse jamás. Una de las serie Deltron, en la División Despacho, aun bromea y se refiere a los Archivos como al «Mar de los Sargazos», en todos los memoriales interdepartamentales.
Es Skiri el Navegante quien primero ve el brillante reflejo del lejano Centinela. Les muestra el espectáculo a sus compañeros, Swann la Curadora y Gregor el Fabricante de Instrumentos. Sin intercambiar palabra abandonan el camino y se dirigen, a través de los bosques, en dirección al nuevo fenómeno.
Los tres son Nórdicos, dos hombres y una mujer, en Búsqueda, y provienen de la nómade Tribu Omega, seguidores del rebaño de bisontes a través de las Grandes Mesetas del Hemisferio Norte Dos. Caminan en fila india, Skiri a la cabeza. Aun bajo el destellante sol del mediodía, los claros y penetrantes ojos azules del Navegante disciernen la posición de las estrellas. Su instinto para la orientación es infalible.
Swann, Skiri y Gregor comenzaron su Búsqueda hace más de seis años, anduvieron por tortuosos caminos rumbo al oeste y a través del desierto, se aproximaron al Pacífico y luego tomaron hacia el norte entre montañas y espesuras. Durante seis mil millas han señalado su camino con coloridas inscripciones sagradas, cuentas de rosarios y plumas suspendidas al viento, desde las ramas de los árboles, que indican manantiales y otros lugares santos. Esas brillantes señales constituyen el único índice de su paso.
No hay casi necesidad de hablar; los tres viajan en armonía sin dar órdenes ni formular preguntas. El grupo no tiene líder. Skiri es el que indica el rumbo porque esa es su vocación. Diversiones tales como investigar al extraño Centinela son el resultado de un acuerdo unánime. No existe meta para una Búsqueda ni motivo alguno de apuro. La curiosidad tiene, por cierto, cabida, puesto que nada sucede en la tierra que carezca de interés para el hombre.
Vera está cautiva en la memoria, abandonada en una isla que no existe. Pasa largas horas contemplando el profundo azul más allá del turquesa de la bahía. Raras veces divisa algunas velas, pero los remotos barcos no se acercan. Temprano, por las mañanas, lleva a Chi-Chi a pasear largamente por la playa y las comarcas interiores, a lo largo de caminos sombreados por tamarindos y árboles de caoba. Juntas, exploran cada lugar de la isla. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com