Dulces chilenos (fragmento)Guillermo Blanco
Dulces chilenos (fragmento)

"Elena viene a ser otra de sus especulaciones, teórica. La inventa. Edifica una Elena que no es. Igual que su arquitectura ideal, la construye en el aire y con pedazos de aire. Su Elena se parece a esas iglesias que nos describía cuando joven, y que esperaba construir: un sueño que jamás veremos, ni él. Si Ramiro llegara a presenciar una siquiera de estas terribles discusiones en que nos mete la Elena real, no la que él sueña. Si la escuchara en carne y hueso, amenazando...
Marta sacudió la cabeza.
Luego, físico igual que un pulso, el pánico empezó a latirle en las sienes, mareador. "No, no", se defendía. Sin embargo no pudo dejar de preguntarse qué significaba aquello de "dar todos los nombres" de que le habló Elena. ¿Con qué la pretendía intimidar? Lo había dicho deliberadamente: sonaba a frase calculada. ¿Sería capaz de llegar a...? ¿Habría enloquecido por completo? ¿Ya nada le importaba nada? ¿Sería capaz...? Marta negó en un gesto vigoroso; después, lo mismo que un oleaje. "



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