El mito bolchevique (fragmento)Alexander Berkman
El mito bolchevique (fragmento)

"Los líderes comunistas están absortos en sus planes de reconocimiento político y malgastan las energías de la Revolución en dar una imagen de poderío militar y bienestar industrial. Han perdido de vista los verdaderos valores que subyacen en el gran cambio. La gente percibe las falsas tendencias del nuevo régimen y sin poder hacer nada, ven cómo se vuelve a las viejas prácticas. El proletariado se desilusiona cada vez más; ve como sus conquistas revolucionarias se sacrifican una a una, los antiguos defensores de la libertad se convierten en recios gobernantes, defensores del actual régimen, y los lemas y esperanzas revolucionarios se apagan como ascuas moribundas.
Un ambiente de amarga impotencia impregna los círculos de la intelligentsia, una sensación paralizante por su falta de cohesión y de un objetivo revitalizador. Están exhaustos de pasar años de hambre; sus capacidades mentales están debilitadas, los vínculos espirituales con la gente sesgados.
Los revolucionarios de izquierda están desorganizados, abatidos por la persecución y la división interna. El período tormentoso y de tensión ha hecho añicos las viejas amarras de unión y ha dejado los valores comunes a la deriva. Escasa labor constructiva se manifiesta en la confusión general. El despiadado devenir de la creadora vida, más que la decisión de los bolcheviques, ha destruido las viejas formas, provocando un caos físico y espiritual. Las instituciones e ideas, arrojadas en un basurero, con la rabia de la pasión primitiva y la búsqueda salvaje por distinguirse, tratan desesperadamente de aferrarse a cualquier cosa para salir a la superficie. Y sobre los gritos y el estrépito de las masas luchadoras, ahogando a todos los demás gritos, se oye la súplica desesperada e incesante: ¡Pan! ¡Pan!
Moscú está devorado por la burocracia, Petrogrado es una ciudad moribunda.
Aquí no hay Revolución. En el resto del país, entre la gente común, podré ver una nueva Rusia y constatar la creación de la nueva forma de vida.
Me han pedido ir con la expedición organizada por el Museo de la Revolución. Su objetivo es recopilar el material histórico del movimiento revolucionario desde sus comienzos, hace casi cien años. Esperaba participar en labores más constructivas, pero las circunstancias y la creciente frialdad de la actitud comunista me excluyen de trabajos de importancia. La misión de la expedición es apolítica, y he decidido aceptar la oferta. "



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