Granada y Sevilla (fragmento)Salvador Rueda
Granada y Sevilla (fragmento)

"Poniéndose ambos hombres de pie mientras palidecen las caras de los circunstantes, se miran como dos encarnizados adversarios y sacan á relucir las hojas de los cuchillos.
Las cañas de cristal ruedan por el suelo: se forma un confuso remolino en la gente al que se mezclan gritos de terror y carreras desatentadas; caen los mozos ajenos al drama sobre los enemigos para contenerles y sujetarlos; la gitana causante de la lucha interpone su cuerpo al de Pedro para defenderlo de la acometida, y el cuadro queda un instante sin movimiento. Los cuchillos tiemblan en las manos: los rostros aparecen lívidos; los pechos producen al respirar bronco resoplido de fragua, y la orla de flecos del mantón de la gitana ondula en el aire á cada movimiento.
Vuelve á romper un acceso de furor el cuadro; los gritos se reproducen más ahogados y broncos; se deshacen los enemigos de los brazos que les sujetan, y, cayendo uno sobre otro, se traba una espantosa lucha. Las hojas de acero entran en la carne rasgando sin compasión; cae Pedro en tierra, inclinándose sobre él su adversario, que levanta el cuchillo para darle el último golpe; empuña entonces Rafaela, como heroína de un drama trágico, el macho de hierro que está colocado sobre el yunque; lo levanta con ambas manos, y antes de que Lorenzo haya podido dar la puñalada, se lo descarga sobre el cráneo haciéndole dar tumbos por el suelo. "



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