El obelisco negro (fragmento)Erich Maria Remarque
El obelisco negro (fragmento)

"Desciendo hacia la ciudad. Sigue lloviendo. Isabelle ronda en mi pensamiento. La he abandonado; la he dejado en la estacada, eso será lo que estará pensando ahora. No debería volver a verla ya más. Esta idea me trastorna y no hace más que aumentar mi confusión. Pero ¿qué ocurriría si no fuera más allí? ¿No sería como perder la cosa más importante, la cosa que no puede jamás envejecer o marchitarse, o hacerse vulgar, porque jamás llega uno a poseerla?
Llego delante de la casa del zapatero Karl Brill. De su taller me llega el sonido de un gramófono. Brill me ha invitado a una velada entre hombres, una de esas célebres veladas en el transcurso de las cuales Frau Beckmann ejecuta su número especialísimo. Titubeo unos instantes, no me siento muy dispuesto, pero finalmente entro. Precisamente por no tener ganas de hacerlo.
Me acogen bocanadas de humo de tabaco y el acre olor a cerveza. Karl Brill se levanta al verme y me abraza, un poco tambaleante. Su cabeza es casi tan monda como la de Georg Kroll, pero para compensar esta penuria pilosa ostenta bajo la nariz un descomunal bigote. "



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