La historia del silencio (fragmento)Pedro Zarraluki
La historia del silencio (fragmento)

"Pensé que me estaba convirtiendo en alguien importante para ella, y aquello me sorprendió un poco. Sin querer busqué con la mirada a François, pero él estaba abstraído en su conversación con Irene. Cuando volví a mirar a Silvia me di cuenta de que me contemplaba con lástima. Tuve entonces uno de esos impulsos de retroceso, tan escasamente vitales, en los que vuelves a sentirte como un niño que no sabe qué diablos hace en un mundo de adultos. Me sentí profundamente desorientado.
La cena resultó aburrida como todas las que daba Amador, y ello a pesar de que la silueta callada de Natalia, obligada a sentarse en la cabecera de la mesa, parecía atraer hacia sí nuestra ilimitada capacidad de desasosiego. Olga hizo lo posible por llenar los vacíos de la conversación, pero le faltó la ayuda de François, aturdido quizá por el recuerdo de la jovencita. Silvia parecía dispuesta a no hacerle caso. Incluso eligió sentarse a mi lado y apoyó la mejilla en mi hombro un par de veces. Era un gesto muy propio de ella, pero en ambas ocasiones me sentí incómodo y dije algo a François como si quisiera demostrarle que yo no tenía nada que ver con mi propio hombro, convertido quizá en un accidente de la naturaleza. Supongo que en ambas ocasiones volvió a mirarme Silvia con lástima, pero no quise verlo. Por el contrario, me dediqué a comentar banalidades con un ardor que Olga debió de agradecer, pues le permitió tomarse algún descanso.
La sorpresa vendría con los postres. En un último esfuerzo por integrar a su recién descubierta enamorada, nuestro anfitrión comentó que era geóloga y que trabajaba en el museo de mineralogía. Natalia nos demostró que el blanco más puro es susceptible de palidecer. La sangre escasa se retiró tanto de su rostro como de sus manos, y lo hizo de una forma tan súbita que pensé que había empezado a circular por algún lugar externo a ella. Quizá por el interior de la silla en la que Natalia casi se desmayaba. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com