Antropología filosófica de la educación (fragmento)Octavi Fullat
Antropología filosófica de la educación (fragmento)

"El estudio de la dimensión corpórea o carnal del hombre que se ha llevado a término en el capítulo anterior acabó en la confesión de que lo biológico humano no descifra la totalidad del hecho antropológico. Más todavía; nos vimos impulsados hacia la esfera de la civilización como aquello que parece, a primera vista, que puede finalmente responder a la problematicidad del ser humano. Un esquema sitúa la cuestión.
En sucesivos apartados de este tercer capítulo se tratan las tres cuestiones solicitadas por el concepto de civilización: la cultura o simbólica hermenéutica, la técnica o capacidad fabricadora del hombre y, por último, las instituciones o estrategias colectivas para sobrevivir menos mal en el seno del mundo. Aquí nos hacemos con el tema de la historia, como concepto contrapuesto a naturaleza, tema que nos sirve para inteligir la especificidad del anthropos.
La evolución de las especies implica sin duda cambio, mutaciones génicas por ejemplo, sin las cuales no haría aparición una especie nueva. El cambio en la evolución, empero, salta sin planteamiento del para qué; viene -diríamos— mecánicamente, carente de sentido. En todo caso, el sentido se lo inventamos nosotros a posteriori. La historia encierra igualmente cambio y variación, pero en el proceso histórico —y esto precisamente lo especifico— la alteración lleva pareja consigo la pregunta acerca del para qué. La Revolución francesa tuvo sus causas económicas, políticas y culturales, no faltaba más; pero asimismo los círculos que la planearon estuvieron no solo ocupados, sino también preocupados por el sentido, finalidad u orientación de aquella considerable zaragata y notable desorden. Desde un pretérito rechazado hacia un porvenir fascinante; la estructura de la historia es desde-hacia. Se conoce más o menos bien él desde —documentos de toda índole—, pero se ignora el dónde de este hacia. ¿Hacia dónde? ¿Se trata de algo objetivo, o bien de una simple regla formal reguladora, que nos vuelve inteligibles los datos brutos de la historiografía, datos que orientamos —y así entendemos— hacia el futuro? Lo incuestionable, sin embargo, reside en que la naturaleza no se plantea tales interrogantes en torno al sentido. "



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