Lluvia roja (fragmento)Cees Nooteboom
Lluvia roja (fragmento)

"El lector escoge, y lamento complicar las cosas mostrándole los entresijos de mi misterioso idioma, pero «el lector escoge» constituye en mi lengua una tautología, dado que originariamente «leer» podía significar también «escoger» o «picar». En mi lengua, «el lector lee» podría significar «el lector escoge», pues además del significado original de «leer» como «picar», el verbo posee otras acepciones como «escoger, doblar, leer, renunciar, enseñar, narrar, estudiar». En el sajón antiguo se añade otro significado más, el de «recoger», y en algunas de las otras míticas lenguas germánicas antiguas, que tanto fascinaban a Borges, ese verbo significa además «informar, narrar, leer en voz alta». Total, que en otros tiempos, en mi lengua, no sólo se leían libros, cartas, testamentos o sentencias, sino también frutas o espigas, lo cual se hacía, a su vez, con la finalidad de separar lo bueno de lo malo, elección que, de nuevo, implica el ejercicio de la libertad. Voces eruditas me explican que ese significado de picar y recoger que evoluciona hacia «leer» se encuentra asimismo en el legein griego y en el legere latino, pero a mí me interesa sobre todo la idea de «recoger». Uno recoge una cosa y no otra, uno escoge. En su Germania, Tácito se refiere a «recoger» en el sentido de «leer» cuando habla del arte adivinatorio realizado mediante varillas que se lanzaban al aire, y al caer se leían e interpretaban los caracteres rúnicos escritos con las que estaban marcadas.
El lector lee, el lector escoge. En la librería, en la biblioteca, el lector escoge un libro y no otro. El lector es libre. "



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