Poema del 16 de Septiembre de 1961 "Qué terriblemente triste me siento al pensar de mi madre dormida en su cama que algún día morirá aunque ella se diga: "la muerte no debe preocuparnos, después de esta vida empezamos otra" Qué terriblemente triste me siento de todos modos- Que no tenga vino que me haga olvidar mi diente cariado es bastante malo pero que todo mi cuerpo esté pudriéndose y el cuerpo de mi madre se pudra hacia la muerte, es tan enloquecedoramente triste. Salí al amanecer puro: pero, por qué debería alegrarme ante un amanecer que levanta otro rumor de guerra, y por qué debería estar triste: ¿no es por lo menos el aire puro y fresco? Contemplé las flores: una de ellas ha caído: otra acaba de abrirse: ni una ni otra estaba triste o alegre. Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo van y vienen incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana ¿por qué inquietarse tanto? Todos en el mundo tienen defectos lo mismo que yo. ¿Por qué deprimirse? Es sólo un sentimiento que viene y va. Todo viene y va. ¡Qué extraordinario! !Guerras dañinas existirán siempre! Formas agradables se van también. Ya que todo viene y va: ¿por qué estar triste? ¿o alegre? Enfermo hoy sano mañana. Pero tan triste sigo siendo el mismo. Todo viniendo y yendo en todas partes, los mismos lugares viniendo y yendo. De cualquier modo todos terminaremos en el cielo, juntos en esa dorada gloria eterna que he visto. ¡Oh! qué condenadamente triste es que no pueda escribir bien sobre ello. Esto es un intento a la fácil ligereza de la poesía ciardiana. Debería de hacerlo a mi manera. Pero eso también se irá, las preocupaciones acerca del estilo. Acerca de la tristeza. ¡Mi gatito ronroneando feliz odia las puertas! Y a veces está triste y silencioso, nariz caliente, sollozos, y un leve maullido doliente. Allí van las aves, volando hacia el oeste un momento. ¿Quién llegará a conocer el mundo antes de que se vaya? podría decir que quizás ella era más feliz que todos esa vieja solitaria del chal en el tren de vagones naranja con el pequeño pájaro manso en su pañuelo al que le canturreaba todo el tiempo mia mascotta mia mascotta y ni uno de los excursionistas de domingo con sus botellas y sus canastas le ponía atención y el vagón chirriaba a través de los maizales tan lentamente que las mariposas entraban y salían. " epdlp.com |