Metalepsis. De la figura a la ficción (fragmento)Gérard Genette
Metalepsis. De la figura a la ficción (fragmento)

"No nos hallamos muy lejos de esa situación, aunque con un efecto metaléptico (y sentimental) mucho más intenso, en Show People (Y el mundo marcha, 1928) de King Vidor, cuando los dos héroes actores deben darse en el set, como personajes de una película, un beso de ficción que, llevados por su pasión real, prolongan mucho más allá del Cut! ['¡Corte!'] final, sin que el realizador pueda poner fin a esta metalepsis tan enfáticamente -doblemente- transgresiva. Puede verse un esbozo de remake por alusión interfílmica a esa escena en Let's Make Love [El multimillonario, George Cukor, 1960), cuando (el multimillonario, aprendiz de cantor interpretado por) Yves Montand y (la verdadera cantante interpretada por) Marilyn Monroe prolongan otro beso mientras sus colegas abandonan discretamente el lugar; pero esta vez no se trata más que de un ensayo con miras a una comedia musical, lo que acorta la distancia entre cuanto se reputa actuado y cuanto se reputa vivido. Sin embargo, uno sabe que en 'la vida misma’, las cosas entre Marilyn y Montand fueron algo más lejos del backstage, y ese dato tangencial no deja de afectar en cierta medida nuestra recepción de dicha escena. La relaciones entre actores “en la vida civil”, eventualmente conyugales (Montand-Signoret, Bogart-Bacall, Hepburn-Tracy, entre otros) muchas veces por su naturaleza son como para enriquecer las situaciones sobre el escenario o en la pantalla; y los productores no se privan de sacar su tajada de ello -una tajada que explota ampliamente, entre los espectadores avisados (¿y quién podría no serlo?) los recursos de la relación, eminentemente metaléptica, entre realidad extrafílmica y ficción intrafílmica; la carga afectiva de semi-dramones como Guess Who's Coming to Dinner (Adivina quién viene esta noche, Stanley Kramer, 1967) o de On Golden Pond (En el estanque dorado, Mark Rydell, 1981) debe bastante, en el primero, a la presencia del dúo doblemente conyugal formado por Katharine Hepburn y un Spencer Tracy in articulo mortis y, en el segundo, a la confrontación (inédita, creo, en la pantalla) entre Jane fonda y su padre Henry, distinguido por su trabajo en esa película con un (¡primer!) Oscar in extremis que con toda justicia podría llamarse pre-póstumo. "


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