Theodor Chindler (fragmento)Bernard von Brentano
Theodor Chindler (fragmento)

"Cuando Leopold Chindler entró en el comedor, la familia estaba sentada alrededor de la mesa. El chico, que todavía estaba sin fuelle, iba a disculparse cuando vio que la mesa estaba ciertamente concurrida pero que en ella no estaban presentes su padre ni su madre. En el sillón en el que solo podía sentarse el catedrático Chindler estaba sentada la señora Von Beaufort, suegra del señor de la casa. Como era habitual en ella, se mantenía muy rígida y erguida en su asiento, con la mano izquierda llena de anillos de colores reposando en el brazo del sillón mientras que con la derecha se llevaba el tenedor a la boca. A su lado estaba sentada tía Friederike, la hermana del señor de la casa. A esta la seguía la institutriz de la hija, mademoiselle Du Pont, que estaba sentada junto a su pupila, Margarethe Chindler. Enfrente estaba la señorita Wendt, la institutriz de los hijos varones, y Leopold se percató enseguida de que Hans, su hermano más pequeño, había aprovechado la ocasión de su retraso para quitarle su sitio al lado de la señorita Wendt.
El salón comedor, con las paredes de papel pintado en rojo, estaba a oscuras y a una temperatura fresca. La angosta puerta de cristal que conducía al jardín a través del porche estaba cerrada y con las cortinas corridas. El perro pastor estaba como de costumbre encima de una silla de la cocina junto a la ventana observando a los comensales con las orejas aguzadas. Nadie decía nada. El muchacho, confuso por el contraste entre el júbilo entusiasta de la calle y aquel silencio propio de un hospital, se sentó sin decir palabra y comenzó a comerse la sopa. "



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