El viaje nupcial (fragmento)Ismaíl Kadaré
El viaje nupcial (fragmento)

"Alzó la cabeza en busca de la posición del sol, pero el cielo de otoño estaba completamente encapotado. El viento frío agitaba una y otra vez los arbustos que flanqueaban el camino, y aquel movimiento acentuaba aún más la desolación de la planicie. Hay un solo Jesucristo en el mundo, se repetía Stres recordando las palabras del arzobispo. Y justo después de ello se le ocurrió que aquel mismo largo trayecto, según se decía, lo habría recorrido Kostandin. Las palabras del arzobispo sobre el muerto habían sido hondamente despectivas. Tampoco Kostandin había sentido un respeto especial por los clérigos. Stres no le había conocido personalmente, pero con sus indagaciones en el archivo familiar su ayudante había extraído algunos datos indicativos de su carácter. Según se deducía de las cartas de la anciana señora, su hijo menor había sido por lo general un discrepante. Se inclinaba por las nuevas ideas, que defendía con pasión llevándolas a veces al extremo. Así había ocurrido con el asunto de los casamientos próximos o lejanos. Estaba contra los enlaces matrimoniales próximos, así que, con su ímpetu y su extremismo, se mostraba dispuesto a buscar parentesco hasta en el confín del mundo. Según las cartas de la anciana señora, Kostandin aseguraba que los matrimonios distantes, que habían sido hasta entonces privilegio de reyes y princesas, debían convertirse en algo habitual para todo el mundo. Estos enlaces matrimoniales eran prueba de fuerza y dignidad, y él reiteraba que la noble raza de los arberes poseía todas las cualidades necesarias para superar la prueba de la distancia y los dramas que de ella pudieran derivarse.
Pero además de los matrimonios, Kostandin tenía ideas propias sobre otras muchas cosas que chocaban con las de la mayoría, de modo que por su causa la anciana señora había tenido problemas con las autoridades en varias ocasiones. Algo recordaba Stres al respecto. Sobre todo en relación con la Iglesia. En el archivo se conservaban dos cartas dirigidas por el obispo de la diócesis a la Señora Madre en la que llamaba su atención sobre las palabras equivocadas y ciertas blasfemias que Kostandin había vertido aquí y allá contra la Iglesia. Había también cosas más importantes, le dijo su ayudante, pero sólo una vez concluida la investigación le presentaría un informe detallado sobre ellas. "



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