Corrupción y política (fragmento)Javier Pradera
Corrupción y política (fragmento)

"La memoria democrática asociaba a los gobernantes franquistas con los enriquecimientos ilícitos a la sombra del poder. La larga duración de la dictadura (casi el doble que el fascismo italiano y más de tres veces que el hitlerismo), el rápido crecimiento de la década de los sesenta (que casi dobló la renta nacional), la ausencia de prensa libre (hasta 1966 sometida a censura previa) y el control gubernativo del poder judicial permitieron a los corruptos amasar sin riesgo grandes fortunas (primero) y consolidarlas como ciudadanos al margen de toda sospecha (después). La amnistía penal y la amnesia política han otorgado una doble impunidad a esas pasadas utilizaciones del poder público para beneficio privado. No se trata sólo de que las medidas de gracia tras la muerte de Franco o la prescripción de los delitos por el transcurso del tiempo eximan de cualquier posible responsabilidad jurídica a los autores, cómplices y encubridores de aquellas rapiñas; el olvido también ha utilizado otras herramientas: la premisa mayor inarticulada del razonamiento que permitió la sustitución de la monarquía franquista por la monarquía parlamentaria, manteniéndose la misma persona como titular de la Corona, fue la amnesia colectiva sobre el pasado –también económico– de la clase política del franquismo. Sería posible, sin duda, la reconstrucción conjetural de las huellas de la venalidad bajo el franquismo mediante la comparación entre los empobrecidos puntos de partida de los beneficiarios del régimen (incluido el general Franco y sus familiares) y sus opulentas posiciones finales; si los paleontólogos pueden reconstruir el esqueleto y el hábitat de los lejanos dinosaurios a partir de sus restos fósiles, un investigador armado de paciencia también lograría rehacer los accidentados caminos desde la pobreza hasta la opulencia de antiguos ministros, mandos militares, jerarquías del Movimiento, directores generales, alcaldes, jefes de sindicatos o presidentes de empresas públicas del franquismo. Ocurre, sin embargo, que la sustitución pacífica de la dictadura por el régimen parlamentario ha borrado no sólo el registro jurídico sino también la memoria política de su existencia: cualquiera que pretendiese ahora investigar los orígenes de las fortunas acumuladas por los dignatarios de la dictadura, sus familiares y sus socios sería acusado de violar el tabú sobre el que ha sido construida la monarquía parlamentaria. Al garantizar la completa impunidad respecto al pasado, la tabula rasa del franquismo sobre la que descansa la monarquía parlamentaria, fruto de un pacto entre los reformistas del anterior régimen y los dirigentes de la oposición, ha enmascarado sus orígenes y ha falseado la identidad de algunos de sus actores (Morán, 1991). Sin embargo, esos costes de la transición han quedado compensados por el carácter incruento del cambio de sistema y por el amplio consenso político y social de la Constitución; nadie ha construido todavía un argumento contrafáctico mínimamente razonable, por lo demás, para imaginar la senda alternativa que hubiesen podido recorrer los españoles a partir de 1975 para con el sistema autoritario y establecer sobre bases seguras un régimen democrático. "


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