El ermitaño de Montserrat " Allá en Montserrat -mora el ermitaño. ¿Sabéis por qué mora del convento al pie? Con áspera vida -un año y otro año orando ha llorado: -bien sabréis por qué, por qué con tal vida vive el ermitaño. El buen caballero partió de su tierra, allende los mares la gloria buscó: los años volaban, se acabó la guerra; y allende los mares hasta él voló, voló un triste viento de su dulce tierra. «-Aprisa, mis pajes, aprisa el caballo: »señora del alma, mi amor, ¿qué es de ti? »en bascas de muerte conmigo batallo: »o infiel o difunta: ¿qué de ello? ¡ay de mí!, y «¡ay de mí!» diciendo, aguija el caballo. Los mares cruzaba: llegaba a su suelo: «-Madre, madre mía; mi amada ¿do está?» «-¡Ay hijo, el mi hijo! -consuélete el cielo-, »viva está tu amada; mas ya no será, »ya no será tuya mientras esté en el suelo.» De Santa Cecilia llamaba a la puerta; los golpes doblando redobla el furor; «-Señora, ¿no me oyes? Más te quiero muerta »que infiel y perjura al antiguo amor, »al amor que agora profana esa puerta.» Flotante el cabello, ceñida de flores, la ve tras la reja: ¿qué voz la llamó? «-Mis lágrimas mira; por nuestros amores »aquí vesme: un voto mi amor pronunció, »pronunció que pronto secará estas flores. »Voté, si tornases a la patria tierra »salvo de las lides, consagrarme a Dios: »tornabas con gloria de lejana guerra; »¡feliz fue mi voto!, ¡Mi voto a los dos, »a los dos separa por siempre en la tierra! »¿Oyes las campanas? Llegada es la hora: »el Señor me llama al pie del altar: »nuestro amor olvida, aunque el alma llora; »¡Dios que te ha salvado quiera conhortar, »conhortar la angustia en esta triste hora!-» Suspiros amargos lanzando del pecho, los brazos caídos la frente inclinó; escuchó su voto en llanto deshecho: -sonó dentro el coro; mudo se postró, se postró las manos cruzando en el pecho. Lloró, lloró el triste: su vida llorando vivió solitario del convento al pie: pasó un año y otro: en llanto y orando le encontró otro año: -ya sabéis por qué, porque así ha vivido en rezo y llorando. Ora en Montserrat doblan las campanas: débil en la ermita una oigo tañer; en Santa Cecilia otras más cercanas: ¿por qué éstas a aquélla se oyen responder, responder doblando tan tristes campanas? " epdlp.com |