La lucecita (fragmento)Antonio Moresco
La lucecita (fragmento)

"Estos días, cuando vuelvo a coger el coche para regresar a casa, y estoy ya fuera del bosque, y he enfilado ya la carretera asfaltada y cuesta abajo que llega hasta el fondo de la garganta, sucede que, allí donde la pendiente es menor y hay algunos campos segados, veo a unos hombres vestidos con mono quemando la paja con una llama oxhídrica. Caminan a lo largo de las franjas que aún quedan blandiendo largos sopletes de los que sale con un silbido la llama azul. De los montones ya incinerados asciende un humo acre.
No estoy seguro, pero me parece notar algo extraño en el comportamiento de las golondrinas. Sí, siguen como antes cruzando el cielo a toda velocidad, mientras yo estoy sentado en la silla de hierro, bajo la última luz del día. Y bajando en picado tras los insectos hasta casi topar con mis sienes, con sus picos completamente abiertos y sus gritos, y luego remontando hacia zonas más altas, donde hay muchas otras golondrinas que vuelan enloquecidas, y no se comprende cómo hacen para pasar rozándose unas a otras a esa velocidad sin chocar nunca. Pero, al mismo tiempo, me parece captar algo diferente en su conducta, aunque siguen haciendo su loca vida de siempre y no lo dan a entender. Como si estuvieran aquí y al mismo tiempo ya no estuvieran aquí. Algo imperceptiblemente distinto en su forma de llenar el cielo de gritos y de pasar rozándose, como si estuvieran haciendo también otra cosa, como si estuvieran diciéndose también otra cosa. "



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