El monasterio mágico (fragmento)Idries Shah
El monasterio mágico (fragmento)

"Un erudito desconocido se acercó a un maestro Sufí y le hizo una pregunta estúpida.
-¡Vete de aquí! -dijo el Sufí.
El erudito se fue, afirmando en voz alta que el Sufí no hubiese podido ser educado aunque lo hubiera intentado y que era, además, un ignorante engreído.
Otro filósofo, que se interesó por la actitud del Sufí pero no acertaba a explicársela, preguntó el motivo de tal conducta.
-¡Oh, amigo! -exclamó el Sufí-. Nunca interpretarás esa conducta con las normas sentadas por las «reglas» que tratas de aplicar. La podrás entender sólo con las normas de «momentos». En aquel instante tuve una posibilidad de causar menos daño al sabihondo sacándomelo de encima «impacientemente» que lo que hubiese conseguido (por razón de su carácter) con refutaciones, con argumentos razonados o con cualquier otro de los recursos alternativos habituales.
-¿Pero y la reputación? Por ejemplo, ¿en tu condición de hombre cortés y medido?
-La reputación de un jardinero se produce con la aparición de las flores, no con la preparación de la tierra; y la reputación de un agricultor proviene de la cosecha y no de la siembra de semillas. Si a cada momento suspendieran sus tareas para atender a la reputación, ¿Dónde habría flores y dónde cosechas? -terminó diciendo el Sufí. Por eso los sabios han dicho: «El traje de seda concita admiración y no provoca ningún resultado real; por lo tanto, viste de lana, hasta que ésta se transforme a su vez en prenda de orgullo». "



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