Mi compañero de viaje (fragmento)Roberto Payró
Mi compañero de viaje (fragmento)

"Mister Barclay, hombre de edad mediana, alto, robusto, de musculatura templada en los deportes, rubio, los ojos azules vivos, móviles y escrutadores, demostraba hacer vastos conocimientos, e ideas claras y originales, rayanas a veces con la paradoja. Le animaba un idealismo exaltado, "sui generis", que él trataba de disimular, pero que surgía a despecho suyo en el calor de la conversación, siempre enderezada a examinar los medios y las probabilidades de hacer de la humanidad una asociación más libre, más feliz, más fraternal. Pero también, a menudo, asomaba en su palabra un desencanto amargo, que le crispaba el rostro, mueca dolosa terminada siempre en estremecimientos de risa indefinible.
Había viajado mucho, recorriendo casi el mundo entero, desde las estepas rusas a las pampas argentinas, desde las grandes ciudades europeas hasta los desiertos africanos, y hablaba diversos idiomas, el francés correctamente, aunque con acento, el castellano, el portugués, y el italiano mezclándolos y confundiéndolos, pero lo bastante para hacerse comprender. El alemán y el irlandés le eran familiares, y sabía más o menos bien, otras lenguas y dialectos aprendidos en sus largas excursiones.
Debía de ser rico o gozar por lo menos de una situación muy holgada, pues no parecía haberse ocupado nunca de comercio ni de industria, ni de otras maneras de hacer dinero; llevaba un elegante y bien provisto guardarropa, y obsequiaba a menudo, con largueza, a sus nuevas y numerosas relaciones de a bordo, especialmente en las escalas de Vigo y Dakar, donde nos ofreció verdaderos banquetes. En estos casos mostraba una alegría ruidosa, que a mí me parecía forzada, y una afectuosidad que los ingleses no exteriorizan nunca para con los extraños. Por último había hecho como voluntario, toda la campaña de 1914 a 1918. "



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