Los arrabales de Cannery (fragmento)John Steinbeck
Los arrabales de Cannery (fragmento)

"Dos horas más tarde recordaron a qué habían venido.
El estanque de las ranas era cuadrado: cincuenta pies de ancho por setenta de largo y cuatro de profundidad. Lozano césped crecía en sus bordes; una pequeña zanja llevaba hasta él el agua del río, y otras más pequeñas llevaban al huerto el agua del estanque. En el estanque había miles de ranas. Su croar rasgaba la calma de la noche. Las ranas cantaban a las estrellas, a la luna menguante, al ondulante césped. Entonaban cantos de amor y se cruzaban desafíos. Los hombres, protegidos por la obscuridad, avanzaron hacia el estanque. El capitán llevaba un jarro casi lleno de whisky y cada hombre tenía un vaso. El capitán les había proporcionado linternas. Hughie y Jones llevaban unos sacos. Cuando estuvieron cerca, las ranas los oyeron venir. Todo quedó repentinamente silencioso. Mack y los muchachos se sentaron en la hierba para beber otro vaso y para trazar su plan de campaña. Y el plan era audaz.
Durante los milenios en que hombres y ranas vivían casi en las mismas circunstancias, es probable que los hombres cazaran ranas. Y desde entonces se ha desarrollado un plan de ataque: el hombre, armado de red, arco, lanza o rifle, se desliza silenciosamente, a su parecer, hacia la rana. Las reglas requieren que la rana permanezca inmóvil y espere el último segundo: cuando la red desciende, cuando la lanza está en el aire, cuando el dedo oprime el gatillo, y entonces salta, se zambulle en el agua, nada hasta el fondo y espera allí hasta que el hombre se marcha. Éste es el modo de hacerlo, el modo como se ha hecho siempre. Las ranas tienen derecho a esperar que siempre suceda así. De vez en cuando la red es demasiado rápida, la lanza traspasa, el rifle dispara y la rana perece, pero todo ello es justo y de acuerdo con las reglas. Las ranas no se quejan. Pero, ¿Cómo habían de prever el nuevo método de Mack? ¿Cómo habían de imaginarse el terror que sobrevino: las repentinas luces, los gritos de los hombres, los pasos precipitados? Todas las ranas saltaron, se zambulleron en el agua y nadaron hasta el fondo. Entonces los hombres saltaron al estanque y comenzaron a moverse en todas direcciones. Histéricamente, las ranas salieron de sus plácidos refugios y nadaron huyendo de los terribles pies, pero los pies las perseguían. Las ranas nadan bien, pero no tienen mucha resistencia. Llegaron hasta el final del estanque y se amontonaron junto al borde. Y los pies las siguieron hasta allí. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com