Mnemosyne (fragmento)Mario Praz
Mnemosyne (fragmento)

"Rembrandt no intentó corregir la fealdad que encontró en la naturaleza (su aguafuerte de Diana en el momento del baño muestra «todas las arruguitas que dejaba en la blanda superficie de la piel la compleja indumentaria de entonces, con sus ligas, su corsé y sus mangas con cintas»); también rebajó las figuras ideales del arte italiano al nivel de la humanidad ordinaria —hasta el punto de volverlas irreconocibles—. Se necesitó la sagacidad de un Kenneth Clark para encontrar en Las bodas de Sansón huellas del estudio que había hecho Rembrandt de La última cena de Leonardo, para leer en La ronda nocturna, como en un palimpsesto, el Eleodoro de Rafael. En el aguafuerte Cristo presentado al pueblo reconocemos tanto el modelo del Martirio de San Lorenzo (obra de Bandinelli que Rembrandt apreció a través de un grabado de Marcantonio) como el del grabado del monumento a
Julio II de Miguel Angel que realizara Antonio de Salamanca; el autorretrato de Rembrandt está inspirado en el llamado Ariosto de Tiziano y en el Castiglione de Rafael; el Sacrificio de Manoa se basa en una Adoración de los pastores, obra perdida de Leonardo, que reproduce bastante bien un cuadro realizado por sus seguidores españoles; en el aguafuerte Las tres cruces descubrimos con asombro el retrato que pintara Pisanello de Gian Francesco Gonzaga. El interés de esas influencias, totalmente asimiladas, va más allá de lo que hace a la búsqueda de las fuentes. El arte renacentista utilizó temas góticos y los subordinó al principio selectivo de los ideales clásicos de belleza. Rembrandt hizo lo contrario: se apropió de los temas renacentistas y los tradujo al lenguaje de una época en que la expresión artística de la dignidad moral y espiritual era independiente de la perfección física: el Medievo. Como muchas revoluciones, la suya consistió en una vuelta al pasado. En él la poética del Medievo —la de la fealdad como contenido posible del arte- volvió a afirmar su validez. "



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