El abuelo (fragmento)Aleksandr Chudakov
El abuelo (fragmento)

"A la compañía se unió otro invitado, un mayor retirado que en el frente había servido como traductor del departamento político, y que en 1943, tras resultar herido, fue transferido a la reserva. Se puso a escribir sobre la guerra, pero sus escritos no se publicaban; solo una vez, un periódico regional publicó un artículo suyo acerca de los combates en la zona de la carretera Volokolamsk-Moscú, que obtuvo inmediata réplica en un periódico de difusión mucho más amplia por medio de una carta de un teniente coronel que, tras invocar a renombrados escritores e historiadores soviéticos, calificó al autor de «falsario con hombreras de mayor».
Antón conocía al mayor porque de vez en cuando se dejaba caer por los troncos. En una de esas ocasiones, Vasili Illariónovich refería uno de sus cuentos chinos; iba de un arqueólogo que descubrió la tumba de Tutankamón. Después de abrirse paso atravesando rejillas, fosos y trampas, llegó a la última puerta y la golpeó para averiguar de qué material estaba hecha. Entonces, de repente, oyó una voz que decía en un perfecto egipcio antiguo: «Está abierto».
La historia tuvo una secuela inesperada. El mayor dijo que no estaba calificado para opinar sobre egiptología, pero que en nuestro propio país, en la frontera occidental, se había producido un incidente similar. Terminada la guerra, un teniente coronel informó de que durante la retirada de nuestras tropas cerca de Brest, siendo él teniente, recibió orden de volar la entrada de un gran depósito subterráneo en el bosque que contenía material de intendencia y provisiones varias. Bastante tiempo más tarde se encomendaría a un pelotón desenterrar el depósito. Cuando llegaron a la última puerta metálica y recurrieron al soplete de soldadura, escucharon un chasquido del cerrojo desde el interior, y una voz ronca pero firme gritó: «¡Alto! ¿Quién anda ahí?». Cinco años antes, cuando habían volado la entrada, se dejaron dentro al centinela. El depósito estaba lleno de alimentos enlatados, había miles de velas; el agua se filtraba a través de las paredes, una vez a la semana, en lugar de bañarse, el hombre se cambiaba lo puesto por un uniforme nuevo. Siempre que Antón recordaba aquel grito «¡Alto! ¿Quién anda ahí?», se le ponía la piel de gallina: el soldado creía que aún estaba de guardia.
El mayor resolvió también otra disputa. Ulíbchenko, justificando la retirada dijo: «Cualquiera se echaría a correr viendo de repente los tanques salir del río Bug». Nadie lo creía, pero el mayor explicó que los alemanes habían preparado tanques capaces de moverse bajo el agua para la Operación León Marino, pero más tarde los asignaron al ejército de Guderian y los usaron en Brest.
El mayor evitaba beber en las grandes reuniones, prefería hacerlo a solas con el padre de Antón (ambos en su tiempo habían sido estudiantes en la facultad de Historia de la Universidad Estatal de Moscú). Padre, que estaba muy interesado en las historias de guerra, nunca iba a los troncos, Antón no lo entendió hasta mucho después: se habría sentido incómodo entre aquellos veteranos excombatientes.
Antón esperaba a que el mayor y su padre llegasen a la segunda ronda, les traía pepinos y rábanos, y se las arreglaba para quedarse a escuchar. El mayor no relataba episodios de combate, sino que comentaba que Guderian había usado las mismas tácticas que Aníbal cuando concentraba a sus pesados elefantes de guerra para romper el frente en un sector determinado. Y también hablaba del Ejército Soviético en su conjunto. Su punto más débil era su legendaria infantería. Los fusiles de tres líneas Mosin eran muy seguros, pero con una baja tasa de fuego. Los soldados de infantería fueron arrojados a la batalla sin haber aprendido cómo excavar una zanja (Sumbáev decía lo mismo), o cómo construir una fortificación elemental. Ni siquiera los zapadores sabían levantar un fortín decente: en 1941 los estaban haciendo con troneras demasiado amplias. Si algún Matrósov alemán hubiera intentado lanzarse contra una tronera soviética, habría caído dentro. "



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