La ciudad de la noche (fragmento)John Rechy
La ciudad de la noche (fragmento)

"A una distancia de unas cuatro manzanas, en esa misma calle, desde las últimas horas de la noche hasta las primeras del amanecer, formas fantasmales masculinas acechan Selma a lo largo de los bloques de apartamentos y de los árboles perfilados en la penumbra (todo ellos apropiadamente endebles en la noche como decorados de alguna película); de pie, esperando a que algún coche se detenga, a que alguien les pregunte qué buscan: si lo que buscas es lo que el tipo del coche está dispuesto a dar, te vas con él; si no, esperas a que alguien más emerja de las sombras… Los rostros fijan sus miradas desde oscuros coches aparcados, que en un principio pueden parecer vacíos hasta que una cerilla encendida de pronto asoma repentinamente, revelando un par de ojos de fija mirada en el rostro ensombrecido por la cerilla…
Sin embargo, y con absoluta tranquilidad, los detectives vestidos de paisano también frecuentan esta calle…
Hacia el final del tramo de más o menos actividad, ya de regreso al Boulevard, antes de extenderse un poco más allá, disminuyendo en su esplendor iluminado por los fluorescentes y convirtiéndose en construcciones de apartamentos de cuidado césped con luces de colores pastel (en los que las starlets viven en soledad, preguntándose si alguna vez lograrán hacer realidad su sueño, incapaces de encontrar nada que sustituya al estrellato en los porros cuidadosamente liados en los que depositan sus sueños manufacturados) hay una cafetería básicamente frecuentada por maricas adolescentes y por aquellos que les buscan. Dentro (vidrieras de colores en las ventanas como las de una iglesia), una camionera (una lesbiana machorra cuadrada de espaldas, empastillada hasta las trancas… con libreta y lápiz incluidos) escribe poemas de amor a las maricas adolescentes más afeminadas… Después de las dos de la mañana, estas hacen cola para entrar. "



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