La saga del esclavo (fragmento)Adolfo Cáceres Romero
La saga del esclavo (fragmento)

"Goyeneche, nada menos que por mediación del sanguinario Juan Imas, canceló tal ataque, en la creencia de que esos hombres se hallaban cubiertos por la fuerza que esperaba órdenes en la falda posterior del Morro; así pues, cuando llegó el general Balcarce, recién se dispuso el desplazamiento de la tercera división, a la cual este jefe militar hizo avanzar aceleradamente. “¡Eso es improvisar, caramba, y no tener en cuenta los planes ya trazados!”, exclamó Castelli. A continuación, esa fuerza se colocó, con su artillería a la cabeza, al pie de la falda del Morro; gracias a Dios sin riesgo de que se le tomase la retaguardia, teniendo en cuenta que su costado derecho se apoyaba en la ribera de Laguna, que también estaba cubierta por el cuerpo de reserva que venía marchando entre la laguna y el cerro de Guaqui.
Sin saber qué hacer con esos mapas y documentos, Castelli ordenó que buscaran a Balcarce, para que en base a esos planes reorganizaran sus fuerzas. El estafeta que había improvisado corría de un lado a otro, montado en una yegua asustadiza, hasta ubicar al general, que también andaba en pos de los mapas y proyectos tácticos.
Poco después, serenados los ánimos, sorbiendo el café que pensaban les ayudaría a despejar la mente, Castelli y Balcarce procuraban reunir a su Estado Mayor. Al cabo de varios minutos, aún con sus tazas de café en la mesa, los cigarrillos en los labios, estudiaban estrategias de defensa y ataque, enviando notas por todos lados para ubicar a Viamont, Ramírez y Díaz Vélez, al igual que al resto de sus comandantes. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com