Martín Casariego La primavera corta, el largo invierno (fragmento) "La luna, tapada caprichosamente por nubes desgarradas/ pareció por unos segundos el cráneo de una vaca, y las nubes, las nubes eran sesos de gigantes arrojados a los vientos. ¿Cuándo fue la última vez que te acostaste con una mujer?, le preguntó a boca jarro la primera amante que tuvo después de doña Bostezos. ¿La última vez? Espera que piense. Hace tres años, dijo, y él mismo se quedó perplejo. Tres años... Había guardado su ausencia suficiente tiempo... La chica no daba crédito a sus oídos. ¿Me tomas el pelo? Él la miró agradecido: encontraba su incredulidad de lo más halagadora. Es cierto, ya casi me he acostumbrado a la castidad. Por si tú no has pasado largos periodos de abstinencia, la travesía del desierto, te diré que los primeros meses son los más duros. Debe de ser algo así como dejar de fumar, agregó, pensativo. La observó mientras formaba las croquetas. Cogía un pegote de pasta, le daba una forma aproximada, y luego la rebozaba en huevo y pan rallado y le daba la forma definitiva. Pensó que lo más parecido a eso que había hecho alguna vez eran las bolas de arena, en la playa, para lanzárselas a sus hermanos o a sus primos. Con arena empapada se formaba la bola, y luego se echaba encima arena seca, del color del pan rallado, para endurecerla. A la chica no le importaba que él la mirara mientras cocinaba, y a él le gustaba: adivinaba cierta poesía en ello. " El Poder de la Palabra epdlp.com