La cabeza del profesor Dowell (fragmento)Aleksandr Beliáiev
La cabeza del profesor Dowell (fragmento)

"Él le había estado enseñando a jugar al tenis en los últimos días. Resultó ser una aventajada alumna, pero el secreto de esa capacidad lo sabía mejor que nadie: Briquet contaba con el entrenado cuerpo de Angelica, que había sido una excelente jugadora. En otro tiempo fue la cantante quien le había enseñado a él algunos golpes. Ahora solo faltaba que el cuerpo de la jugadora Guy se correspondiera con el cerebro aún no entrenado de Briquet y que en éste se afianzaran los gestos habituales de aquél. A veces los movimientos de la joven eran inseguros y poco ágiles, pero otras —para sorpresa de Armand— mostraba una gran destreza. Por ejemplo, le sorprendió sobremanera cuando se puso a lanzar «pelotas con efecto»; nadie le había enseñado eso. También su hábil y complicado resto era motivo de orgullo para Angelica. Viendo los movimientos de su nueva alumna, Armand casi se olvidaba de que no estaba jugando con Angelica. Y, precisamente mientras jugaban al tenis, había empezado a sentir algo por la «resucitada Angelica», como la llamaba en ocasiones, aunque lejos aún de la inclinación y devoción que le unían a su desaparecida amiga.
[...]
De camino a París, a la joven le empezó a doler el pie con más fuerza. Acostada en su compartimento, gemía en voz baja. Él la tranquilizaba como podía, en un viaje que sirvió para unirlos aún más. Aunque la verdad era que su galantería colmada de atenciones iba inconscientemente dirigida a Angelica, o así se lo parecía al menos. Pero Briquet interpretaba que esa atención se centraba exclusivamente en ella, y le llegaba al alma. "



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