Carta a mi mujer (fragmento)Pentti Saarikoski
Carta a mi mujer (fragmento)

"Cuando Pentti sea viejo, los hijos de Pentti serán jóvenes y mirarán a Pentti como a un anciano. Intenta adivinar lo que se siente. A ese camino lo llaman fácil, no sé por qué, se fue por el camino fácil. Luego tuve que ver los buenos dibujos que habían hecho los críos de Nurmela, como si los niños no supieran pintar antes de que un profesor de Dibujo se interponga entre ellos y el papel para darles consejos. Lo mismo que con la escritura. Mi maestro de finés dijo que yo no tenía madera de escritor y aquí estoy, y escribo mi decimocuarto libro, pero tal vez, según su propia computadora personal, tenía razón. Se llamaba Nukari, era capitán, estando en segundo curso alguien de clase disparó con una pistola a un compañero y le dio en la mejilla, Nukari en seguida adivinó el calibre, ¿era el 28?, yo no entiendo de estas cosas, soy un hombre de paz, un cero en Aritmética. Pero Nukari había ido a la guerra. Una vez, los muchachos habían destilado alcohol casero, Nukari lo echó sobre la raíz de un pino y por la mañana el árbol era un pimpollo seco. Sí, claro. Además de Lengua, Nukari enseñaba latín y supongo que la guerra de las Galias lo incitaba a contar historias de la guerra, vivía en Katajanokka, por lo menos cuando yo estudiaba tercero y fui a su casa a hacer un examen. No sé dónde vive ahora, que viva por ejemplo en Hernesaari o tal vez esté muerto, pero de todos modos le estoy agradecido por su comentario, me estimuló a demostrárselo a todos. Me convertí en una flor que cualquier muchacha quisiera en el alféizar de la ventana, sobre la mesa cuando come, en su cama cuando sueña. Mis pétalos son suaves. Venid a mí y yo os daré calma. No, que prometí serte fiel, lo juré y lo anterior no ha sido más que el contenido de este libro. No quiero dejarlo, aunque debería ir a comer. Escribo. Te contaría algún incidente. Pero ¿qué? Y ¿si luego me sale un hecho que ya te he contado? Una vez, en Virolahti, iba con mi primo, se llamaba Veikko, y todavía se llama, bueno, pues íbamos a pescar, el viaje fue largo y engorroso, por fin llegamos a nuestro destino y entonces, de repente, estalló una tormenta, nos sentamos en una cueva debajo de una gran roca y nos comimos la merienda y, cuando paró de llover, ya era hora de regresar a casa. ¿Ha sido una historia divertida? Ahora no se me ocurre nada más divertido para el apuro. Te lo he contado todo, mi vida ha sido pobre, sin duda ha sido pobre, si durante un año he alcanzado a contártelo todo. No obstante, tengo más de treinta y supuestamente he vivido mucho. Tal vez hable demasiado, por las noches, tendría que contarte como mucho un par de historias de una sentada, pero eso ya haría setecientas setenta historias al año, ¿de dónde demonios las voy a sacar? No me culpes por contarte las mismas historias cien veces. "


El Poder de la Palabra
epdlp.com