Madrid confidencial (fragmento)Máximo Pradera
Madrid confidencial (fragmento)

"La ciudad no era invivible en 1980. Muy al contrario, tras la elección en 1979 del carismático Enrique Tierno Galván, Madrid empezaba a convertirse en una ciudad llena de vida y de creatividad, y toda esa energía cristalizaría durante aquellos años en la corriente cultural llamada la Movida.
Sé bien cómo era Madrid en aquella época porque, a diferencia de Joaquín Sabina, yo he vivido aquí toda mi vida y participé, con mis huestes radiofónicas de «Lo que yo te diga», desde Radio El País, en el resurgir cultural de la ciudad, que empezaba a desperezarse de la catatonia en que la habían sumergido cuarenta años de franquismo.
La declaración de amor a Madrid de la balada de Sabina no está en el contenido, sino en la forma.
Si tuviéramos que guiarnos solo por lo que dice el cantautor de la ciudad que le había acogido tras su exilio (había vivido durante años en Londres), diríamos que Madrid era una cloaca moral.
No hay, en la letra, amor hacia ella, solo, como en el bolero de Machín, ansiedad, angustia y desesperación.
¿Dónde está pues lo insustituible de la metrópoli, la parte de la misma sin la cual es difícil vivir? No se menciona y sin embargo está presente, porque la canción es tierna y emocionante. El amor a Madrid está expresado con la música (en la melancólica melodía, en la acertada progresión de acordes y en el sofisticado arreglo de guitarra de Antonio Sánchez) y está también, por supuesto (Sabina es un letrista extraordinario) en las originales y conmovedoras imágenes escogidas por el poeta para describir el ambiente asfixiante de la ciudad:
Madrid no tiene mar ni río (como Barcelona o Londres), es el lugar donde el mar no se puede concebir.
Madrid tiene los teatros, los cines, las casas de discos, los locales de moda, las televisiones, los pubs para actuar semana tras semana (La Mandrágora), y aunque uno salga de gira no queda más remedio que volver, es donde regresa siempre el fugitivo.
Madrid podrá ser una cloaca invivible, pero es insustituible para triunfar (Sabina no habría podido llegar al estrellato ni desde Londres, ni desde Úbeda o Granada, tres ciudades en las que vivió). Quería el éxito y solo lo podía encontrar en Madrid.
Pero la ciudad para él es tan hostil que no quiere ser enterrado en ella, no siente ningún afecto por la capital del Reino. Por eso la canción termina diciendo:
Cuando la muerte venga a visitarme,
que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie,
pongamos que hablo de Madrid. "



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