La fuerza de un destino (fragmento)Martí Gironell
La fuerza de un destino (fragmento)

"Y luego se hizo el silencio. Violento y definitivo. Al día siguiente, la fotografía del Porsche completamente destrozado era portada en los periódicos de todo el país. Lo acompañaba un texto muy descriptivo.
Rolf Wütherich era un mecánico alemán que se ocupaba de los coches de Dean y que se sentó en el asiento del copiloto. Big Bastard Hickman, un actor que hacía de doble en las escenas peligrosas y de riesgo en algunas películas de acción, era un amante de los coches y de la velocidad, como Jimmy. Aquel día lo seguía con la caravana Ford Station de Dean. Jimmy murió en los brazos de Hickman después de chocar con un Ford Coupé blanco y negro que no pudo esquivar. Según Hickman, el Ford se había saltado un ceda el paso en el cruce de las carreteras 466 y 41, a la altura del pueblo californiano de Cholame.
La muerte de James Dean conmocionó dolorosamente a Jean Leon.
Una vez más desaparecía un amigo, un hermano con el que se entendía. Era como si le hubiesen cortado una pierna. A partir de entonces, cojearía en un mundo por el que apenas había empezado a caminar. ¿Se recuperaría alguna vez de aquel golpe?
Jimmy era demasiado joven para morir, se repetía con desesperación. Katie lo abrazaba, nunca lo había visto tan afectado. «Debes confiar en ti mismo», le decía ella. Y él se lo decía a sí mismo, pero se sentía como un niño asustado, un niño estúpido paralizado por una especie de miedo prematuro que ya había vivido, aquella impotencia ante una experiencia inexplicable e irreversible.
Cuando Leon identificó el origen de toda su rabia, se fijó el imperativo de continuar. La fuerza para remontar, sin embargo, tendría que salir de dentro, porque sabía que si se dejaba llevar por la derrota, luego le sería más difícil reunir la energía suficiente para seguir adelante.
Growl you may, but go you must!
Debes ir. Debes hacerlo.
De su hermano había aprendido a no abandonar jamás. De su amigo, a mirar siempre hacia delante, en busca de lo imposible. La repentina muerte de Jimmy Dean no podía frenar de golpe los planes de apertura del restaurante. Jean Leon no se arredró, se lo debía a su amigo, y el proyecto solo se paró el tiempo necesario para encontrar el dinero. "



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