Historia de la fotografía (fragmento)Beaumont Newhall
Historia de la fotografía (fragmento)

"En el catálogo, Stieglitz escribió que la exposición era «poner en debido lugar una idea... Mis maestros han sido la vida, el trabajo, el experimento continuo... Cada foto que hago, incluso de un negativo, es una nueva experiencia, un nuevo problema... La fotografía es mi pasión. La búsqueda de la verdad es mi obsesión».
Quienes conocían a Stieglitz sabían también de la fuerza de su personalidad, y atribuyeron su éxito en el retrato a una suerte de poder hipnótico sobre quienes posaban para él. Para demostrar que eso no era cierto, Stieglitz eligió un tema sobre el que no había control posible: el cielo y las nubes.
Quise fotografiar nubes para descubrir qué es lo que había aprendido sobre fotografía en cuarenta años. A través de las nubes, para establecer mi filosofía de vida, para demostrar que mis fotos no se debían al tema, ni a privilegios especiales: las nubes están allí para todos, todavía no hay impuestos sobre ellas: son gratuitas.
Produjo centenares de esas fotos con sol y nubes, en su mayor parte tomadas con una cámara Graflex de 4 X 5 pulgadas [11 X 13 cm]. Las procesó con medios que estaban al alcance de cualquier aficionado, haciendo copias de contacto sobre papel de gelatina y plata. Llamó «equivalentes» a esas fotos, y las dispuso en series con otras fotos de contenido expresivo, a menudo evocativo: un prado resplandeciente con gotas de lluvia, unas manos de mujer apretadas, palma contra palma, entre las rodillas. Las entendió como equivalentes a sus pensamientos, a sus ideas y aspiraciones, a sus desilusiones y temores. Vistas objetivamente, muchas de esas bellas fotos, con sus negros profundos, sus grises variados, sus blancos incandescentes, nos deleitan por la sola belleza de su forma. Son abstracciones fotográficas, porque allí la forma queda abstraída de su significación ilustrativa. Pero paradójicamente, el espectador no deja de advertir por un solo instante qué es lo que se ha fotografiado. Con el impulso de un reconocimiento, se comprende de inmediato que la forma que deleita al ojo es significativa, y uno se maravilla de que tal belleza pueda ser descubierta en lo que es un lugar común. Porque ése es el poder de la cámara: apoderarse de lo familiar y dotarlo de nuevos sentidos, de una significación especial, mediante el sello de una personalidad. "



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