Góngora (fragmento)Manuel Vilanova
Góngora (fragmento)

"Yo soy el poeta que con su método inocente desprendió el misterio de la naturaleza. Nací en Córdoba en un almacén gris. Nací con este dolor pobrísimo que son mis palabras. Envolviendo mi inocente medida de hombre la carne gentil que va a llevar consigo pecados tan antiguos. Yo soy el único poeta. Y mi sabiduría imita nuestro silencio en esta agonía que es la vida y que ahora estoy cantando. Aquí están mis días, y mi escritura, no acompañada por gestos, es deshecho de intimidad, confín de las generaciones que pacientemente anduvieron como yo a la búsqueda de las figuras planas. La lógica finge y todo lo restante oscuro ya se pone en marcha. Yo soy el método y el poeta. Yo nací desplazado de las salas y libre de memoria. Por eso todo es uno. Libertando mis fantasmas en la luz de la tarde cuántos libros, la rara sensación de la tristeza que agolpa el albedrío. Mas ritual es el poema y mi libertad se realiza en aquella parte azul del lenguaje que otros llaman discurso. Irritación es a veces la imagen, secreto como el verso todo lo que pienso. Yo soy el poeta y soy por tanto el dios desmesurado. ¿Es la conciencia algo desprendido de la forma? Yo diría que es el segundo nivel de los aparecidos. Porque mientras escribo la angustia es doble: el vocabulario y los misterios. Preferí a veces dejar a las vagas horas esta periódica tarea porque interminablemente el método desprende ese misterio. Escribo para los que piensan en voz baja cuánto mi vida pudo haber sido. Trapacerías del vino y del juego: sólo el fracasado podrá amarme y entenderme. De ahí mi oscuridad racional. Inalcanzada. Al menos tuve suerte y después de mi muerte se copiaron mis poemas. De tantos como yo nada ha quedado. Danza mi conciencia y es que nada sé de la historia. Mas sé que no han quedado, por ello en mala hora sea esa historia. Y mi método y mi sistema son historia porque prescinden del pasado, hablan de rostros de futuro incierto; porque sólo a veces son poemas. Olvido del recuerdo, inútil es del poema pues pocas nos será revelado. Entonces conjuro las presencias del lenguaje y me pliego en su tristeza y en su rostro nocturno apuro su volumen indeciso para llegar al umbral de sus nervios imaginarios, apuro su volumen indeciso. Su relato es antiguo y las ideas son líneas insuficientes, perspectivas de la abolición de lo ficticio. Ya desdoblados, el lenguaje y yo, el poeta, la interioridad mantiene su murmullo y el pensamiento es un oculto poder, dirigido a lo lejano oculto. Reflejo de figuras desiguales, gruta donde la danza y el espacio conciben el lenguaje como lectura de los sueños, fantasmas que llevados por sus propios mecanismos forman sus deseos: las palabras obligadas a acentuar sus metamorfosis infinitas. Allí donde sólo el poeta puede imaginar su lectura de herida lógica, su conocimiento intenso, la presencia del almacén gris: los aparecidos. "


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