La cobarde conjura (fragmento)Benjamín Carrión
La cobarde conjura (fragmento)

"La cobarde conjura imperialista contra Cuba y su Revolución, cuyas etapas principales han sido Santiago, San José y ahora Punta del Este, significa una de las acciones más sucias de la historia continental. Como el robo de la mitad del territorio a México, como la proclamación del destino manifestó, como la aplicación unilateral de tipo colonialista, de la denigrante tesis imperialista llamada Doctrina Monroe, como el atraco consumado contra Colombia en 1903, y que le significó la desmembración de Panamá.
Por eso, duele en especial que sea Colombia, una de las naciones más explotadas, golpeadas y humilladas por el colonialismo imperial, la que tome esta iniciativa en contra de una nación pequeña, fraternal, miembro de la familia latina, para favorecer los designios esclavizadores del amo común, indignado porque un súbdito, siempre obediente mientras estaba dominado por dictaduras internas, hoy quiera ser el mismo. Porque Cuba quiere ser Cuba, que la tierra cubana sea para los cubanos, lo que su pueblo escoja y resuelva sobre su destino.
Hoy más que nunca duele la carne y quema la sangre latinoamericana, el que no sea ni la amenaza del ataque, ni el temor físico de la invasión, ni la pobre cobardía –explicable pero no excusable– que se ambiente ante la fuerza superior, que nos derrota por la sangre y las armas, que nos aniquila. No: hoy, es la promesa mendicante de monedas, la sonrisa del esclavo con la mano extendida, la venta de la dignidad por un puñal de “divisas fuertes”.
Francamente, no esperábamos eso de estas tierras donde los genios fulgurantes de Bolívar y San Martín, lucharon con desinterés u heroísmo por la libertad y la justicia.
En estas tierras donde enseñó Sarmiento, predicó contra Calibán, José Enrique Rodó, evangelizaron Montalvo, Alberdi y Martí. ¿Será decoro para la Patria de González Prada y Mariátegui, y más lejos, la de Vidaurre y Unaune, el Perú, seguir las huellas de Somoza, de Stroessner y de Idygoras?
¿Y para la Venezuela de Andrés Bello, de Branco Pombona, de Andrés Eloy Blanco? ¿Y para la Colombia de Caldas, de Uribe, de Alfonso López y el gran viejo Sanín Cano? ¿Esos grandes países habrán consentido en convertirse en Banana Republics, que ya ni siquiera se entregan ante el gran garrote, ante el gold rol?
Afortunadamente allí están, totalizando más de la mitad de la población de Latinoamérica y casi los dos tercios de su territorio, los dos grandes de verdad: México, el de Juárez y Maderos, de Zapata y de Lázaro Cárdenas, y el inmenso Brasil, tierra ancha y caudalosa de vida y libertad. Y allí está mi pequeña gran Patria, el Ecuador, eterna y palpitante, celosa de su decoro, a la que los imperialistas sacrificaron en 1942.
Y está Chile, la tierra, mar y montaña “que la tumba será de los libres o el asilo contra la opresión”, fuerte del espíritu de Gabriela Mistral.
Y Bolivia, la eterna sacrificada a los apetitos del imperialismo. Y el Uruguay, también pequeña gran Patria, en la que resonó el grito de Ariel.
Y la inmensa, rica, poderosa Argentina, cuya mayor gloria ha sido resistir al intento de compra de conciencias para servicio del imperialismo, la tierra donde adoctrinó Sarmiento y hoy enseña Martínez Estrada.
Ciento treinta millones de hombres libres, gobernados por Magistrados de alto y decoroso sentido americano, librarán a nuestra América, la Latina, del oprobio repugnante de la entrega.
Y en Punta del Este, sea el que sea el resultado aritmético del número de Estados entregados, saldrá limpia de infamia la historia y la verdad de nuestros pueblos. "



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