Vida en el jardín (fragmento)Penelope Lively
Vida en el jardín (fragmento)

"El jardín silvestre es de todo menos igualitario, claro. Los paseos de hierba de Robinson, bordeados de franjas de bulbos de primavera, sus praderas con árboles singulares y plantas naturalizadas, sus fastuosos bordes de plantas herbáceas y arbustos requerían muchísimo mantenimiento. Pero no lo parecía; en conjunto, era la antítesis del carácter remilgado de la jardinería victoriana, en la que todo estaba planeado y formalizado. Robinson buscaba obtener un aspecto natural: «el mejor jardín debería surgir de su emplazamiento y condiciones climáticas con la misma alegría con que lo hace una prímula en un rincón fresco y húmedo». Sus ilustraciones ensalzan los encantos de los informales jardines rurales (el lector que poseyera un jardín de postín debía sacar ideas de los jardines menos pudientes, pero con un estilo natural) y describe hasta el último detalle qué hacer para conseguir el efecto Robinson. Introdujo con gran eficacia el borde mixto o herbáceo que, desde entonces, viene siendo un elemento básico de todos los jardines, grandes y pequeños: esa mezcla de arbustos y flores herbáceas perennes o semiperennes, plantados en macizos compactos y que dan lugar a largas ondulaciones de color y textura sin esas líneas y dibujos tan definidos que él detestaba.
Robinson era un gran defensor del jardín de rocalla, un elemento bastante menos afortunado, como bien sabrá todo aquel que haya intentado mantener uno. En la actualidad, el jardín de rocalla ha desaparecido prácticamente del mapa, menos en los jardines botánicos, donde se dispone de la técnica y de la mano de obra necesaria para lidiar con este tipo de cosas, pero allá por la década de 1970 seguían muy de moda y yo misma intenté hacer uno. Lo que pasa en la práctica es que, después de haber creado tu pequeño montículo de rocas grandes y tierra, procedes a plantar tus tesoros alpinos y, luego, te das cuenta de que todas las malas hierbas habidas y por haber han conseguido colarse y echar raíces triunfalmente debajo de las rocas, de donde es imposible sacarlas. Las especies alpinas languidecen, el jardín de rocalla se convierte en un jardín de malas hierbas. "



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