Novela autobiográfica (fragmento)Kenneth Rexroth
Novela autobiográfica (fragmento)

"Mi abuela tuvo cuatro hijos: Minnie, mi madre, Delia, y los gemelos, Clyde y Dale. Este último murió en la infancia y dejó una leyenda de gran promesa. De él heredé una canica de cristal del tamaño de una de billar y con un precioso remolino dentro, junto con la responsabilidad de cumplir dicha promesa. Conservé la canica hasta mis treinta años de edad. Mi tío Clyde estaba obsesionado con su hermano gemelo y me contó que con frecuencia se despertaba por la noche con la sensación de que la mitad de él estaba en el otro extremo de la Tierra, se sentía vivo allí y tenía la sensación de que en todos los momentos importantes de su vida había alguien a su lado y un poco detrás de él, fuera de su campo visual. Estaba convencido de que moriría joven e hizo poco para impedirlo haciéndose platero. Se escapó de casa a Chicago con sus primeros pantalones largos y pasó su adolescencia de vendedor ambulante, vendedor de puerta en puerta, actor de teatro de revista, artista de circo, buscavidas en general, timador y aprendiz de cualquier oficio. Durante un período corto, fue el propietario de Cupid’s Diary, la más ética de las agencias matrimoniales. Gracias a ella conoció a su excelente esposa, viuda menonita con tres hijos, y entonces sentó la cabeza y se dedicó a la platería. Como la mayoría de los plateros poco expertos de aquella época, practicó mucho la galvanoplastia y otros trabajos con ácidos y murió con los pulmones abrasados cuando tenía treinta y tantos años. Era un hombrecito amable, gallito y listo y en mi adolescencia pasé semanas enteras con él y con su esposa menonita. Por mediación de Clyde conocí a personas como Yellow Kid Weil y Yellow (Kid) Nunez y a una diversidad de feriantes, artistas de variedades y de circo y músicos de ragtimey jazz de la primera época. Las mujeres eran robustas, rollizas, sudorosas y de tez rojiza. Los hombres eran como mi tío, bajitos y ágiles de pies y dedos, rateros, carteristas y timadores. "


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