La muerte de Jesús (fragmento)J. M. Coetzee
La muerte de Jesús (fragmento)

"David, don Quijote vivió en otra época, cuando la gente era muy estricta con respecto a las historias que contaba. Las dividían en historias buenas e historias malas. Se suponía que uno no debía escuchar historias malas porque alejaban del sendero de la virtud. Se suponía que uno abominara de esas historias, como hizo don Quijote antes de morir. Ahora bien, antes de decidir que vas a abominar de tus propias historias, si eso es lo que tienes en mente, hay tres cosas que debes recordar. La primera es que en nuestro mundo, que no es tan estricto como el antiguo, ninguna de tus historias sobre el Quijote se considerará algo malo. La segunda es que don Quijote decidió abominar de sus historias porque estaba en el lecho de muerte. Tú no estás en el lecho de muerte. Por el contrario, tienes una larga y animada vida por delante. La tercera es que don Quijote no quería decir de verdad que abominaba de sus historias. Lo decía para que se terminara el libro, el libro que hablaba de él. Don Quijote hablaba con ánimo irónico, aunque no usara la palabra ironía. Si realmente hubiera abominado de sus historias, no habría alentado a nadie para que las escribiera. Se habría quedado en su casa, con su caballo y su perro, contemplando el cielo y las nubes, esperando la lluvia y comiendo pan y cebolla en la cena. No habría recibido jamás ningún reconocimiento y no habría sido famoso. Eso es todo. Te pido disculpas por un discurso tan largo a una hora tan temprana. Gracias por escucharme. Ya me callo.
Continúan la conversación al día siguiente. El niño está sin duda soñoliento, pero lucha contra los medicamentos, se esfuerza por estar despierto. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com