Máquinas como yo (fragmento)Ian McEwan
Máquinas como yo (fragmento)

"La utopía de Adán enmascaraba una pesadilla, como suelen hacer las utopías, pero era una mera abstracción. La pesadilla de Miranda era real, y de forma instantánea se había hecho también mía. Estábamos sentados uno al lado del otro en la mesa, azorados y mudos, una combinación rara. Era a Adán a quien incumbía tener la cabeza clara y poner de manifiesto los hechos positivos. Nada de lo que Maxfield había dicho por teléfono avalaba que Gorringe estuviera de camino hacia nuestra casa esa noche. Si llevaba tres semanas libre, estaba claro que el asesinato de Miranda no era algo prioritario. Podía llegar al día siguiente, o al mes siguiente, o nunca. Si quería llevar a cabo su propósito sin testigos, tendría que matarnos a los tres. Sería un sospechoso claro en cualquier crimen del que fuera víctima Miranda. Aun en el caso de que llegara esa misma noche, encontraría el apartamento de Miranda a oscuras. Desconocía todo lo relativo a mi relación con ella. Lo más probable era que la amenaza, en sí misma, fuera todo el castigo que pretendía infligirle. Y, por último, teníamos a nuestro lado a alguien fuerte y con recursos. Alguien que, si fuera necesario, podría hacer que Gorringe hablara y hablara mientras uno de nosotros llamaba a la policía.
¡Hora de abrir el vino!
Adán puso tres copas en la mesa. Miranda prefería el sacacorchos eduardiano con mango de teca de mi padre a mi artilugio de fantasía y con palanca. El esfuerzo pareció tranquilizarla. La primera copa me tranquilizó a mí. Para hacernos compañía, Adán sorbió un tercio de copa de agua templada. Nuestros miedos no se habían disipado por completo, pero, inmersos en aquel ambiente festivo, volvimos a la pequeña tesis de Adán. Hasta brindamos por «el futuro», aunque su versión de él, en la que el espacio mental privado, empujado por la nueva tecnología, se ahogaba en un océano de pensamiento colectivo, nos repelía a Miranda y a mí. Por fortuna, era algo tan factible como el proyecto de implantar cerebros a miles de millones de humanos. "



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