Réquiem por un sueño (fragmento)Hubert Selby
Réquiem por un sueño (fragmento)

"Lo primero que hizo fue encender la televisión, luego preparar otra cafetera y mirar con desprecio a la nevera que todavía estaba enfurruñada en silencio mientras olía el aroma de la derrota. Sara estuvo ocupada en la cocina frotando, secando, ordenando, mirando continuamente el reloj para ver si era hora de cenar. Finalmente las manecillas del reloj formaron una línea recta y Sara se sentó excitada a la mesa con su pastilla naranja. Se la metió en la boca, tomó algo de café y luego volvió a barrer y limpiar y fregar mientras tarareaba, hablando consigo misma, con el televisor, e ignorando deliberadamente la nevera. De vez en cuando se recordaba lo del agua y bebía un vaso pensando en estar delgada y ser una señora estupenda. Por fin la energía empezó a decaer y fue consciente del hecho que tenía los dientes apretados y los chocaba unos contra otros, pero eso fue bastante fácil de olvidar cuando se instaló en su butaca de ver la tele, o al menos intentarlo. Se movía nerviosa sin parar y se retorcía y se levantaba por esto o aquello, o por otro café o por agua, notando una especie de hormigueo bajo la piel y una ligera y vaga sensación de aprensión en el estómago, pero no lo bastante intensa para molestar de verdad. Sólo era consciente de que no se sentía tan bien como por la tarde, pero todavía se sentía mejor, más viva, de lo que se había sentido en muchos años. Lo que había perdido merecía la pena. Un pequeño precio que pagar. No dejaba de pensar en la pastilla verde y aunque al programa que estaba viendo le faltaba la mitad para terminar, se levantó de la butaca y tomó la pastilla verde y volvió a su butaca de ver la tele. Tomó unos cuantos vasos de agua más y decidió que mañana tomaría menos café. El café no sienta bien. El té es mejor. Si algo no va bien probablemente se deba al café. Tomó algo más de agua visualizando que disolvía la grasa de su cuerpo y se la llevaba lejos… lejos… muy lejos…
Tyrone había pillado dos buenas cantidades más y por la noche él y Harry estaban preparados para los grandes negocios. Continuaron teniendo cuidado con el material, limitándose a darle sólo algún tiento, lo suficiente para mantenerlos tranquilos allí en la calle, pero no lo bastante para embotarles los sentidos. Tenían que mantener el tipo, pero era duro. Durante el día habían recibido llamadas telefónicas y estaban listos para colocar al menos la mitad del material antes incluso de haberlo cortado. Después de hacer varias ventas Harry llamó a Marion para enterarse de quién más había llamado y qué estaba pasando. Aquello suponía tal follón que Marion sugirió que se limitaran a tener el material allí hasta que pusieran teléfono en casa de Tyrone. Todo esto de andar por ahí y recibir mensajes es absurdo. Y parece como si tú estuvieras corriendo riesgos innecesarios, Harry, por cómo estás haciendo las cosas ahora. Harry se mostró de acuerdo inmediatamente con la sugerencia y decidió mantener al margen el apartamento de ella hasta que instalaron el teléfono en casa de Tyrone unos días después. Entonces todo fue más fácil y cómodo. Ellos todavía se andaban con mucho cuidado con lo que usaban para sí mismos, y el material que estaban ligando todavía era tan bueno que podían cortarlo cuatro veces y seguía siendo bueno. La gente esperaba su mierda. Empezaron a cortarla cinco veces y ganaban mucho más dinero. Los billetes se apilaban por miles y alquilaron una caja de seguridad, bajo un nombre falso, y guardaron el dinero allí. Ganaban más de mil dólares diarios y decidieron que era el momento de aflojar algo y conseguirse algo de ropa decente que ponerse cuando salían. Pero parecía que nunca tenían tiempo para salir así que empezaron a utilizar un par de intermediarios como Gogit para que salieran con algo de material por la noche y volvieran al día siguiente con la pasta, que repartían a mitad con aquellos tipos. De pronto, o eso pareció, el mundo había dado la vuelta y todo era un camino de rosas. Entonces, la botella en lugar de estar medio vacía de repente estaba medio llena, y cada vez se encontraban más cerca de la cima. "



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