Un as en la manga (fragmento)Annie Proulx
Un as en la manga (fragmento)

"Aquellas tormentas de arena tan terribles… Todo el mundo llevaba una correa o una cadena en la parte trasera del coche para descargar la electricidad estática, porque si no se paraba el motor. Y el viento cargaba de electricidad la hierba hasta que a veces estallaba el fuego, sobre todo el pasto seco de los búfalos. También había quien enloquecía por el polvo. —Guardó la aguja en su costurero, demostrando a las claras que daba por terminada la faena del día, y continuó hablando—: Sucedían muchas tragedias, pero es extraño pensar en cuáles recordamos como las peores. Recuerdo un día en que iba al instituto, debió de ser alrededor del día de Acción de Gracias, una vez terminó la primera guerra mundial. Llevaba un vestido nuevo y se estropeó. Tenía un perrito, Big Boy, al que llamábamos así por lo pequeño y juguetón que era. No sé de qué raza sería. Simplemente, un perrito blanco y negro y peleón. Solía caminar a mi lado cuando iba al instituto y volvía corriendo a casa. Por la tarde se plantaba delante de la escuela y me esperaba. Ese día la gente había colocado banderas en todas las tumbas de los que habían muerto en la guerra. Ya sabéis cómo sopla el viento en el panhandle. Al pasar por el cementerio, vi que las banderitas flameaban y crujían con el viento. Big Boy se volvió loco. No soportaba el ruido, y tuvimos que acelerar el paso. Claro, no se puede vigilar a un perro tan juguetón todo el rato. Ese día fue hasta la escuela conmigo y se volvió a casa como siempre. A la salida del colegio. Big Boy no estaba. Enfilé hacia mi casa y al pasar por el cementerio vi algo sobre la hierba. Era el perro. Estaba muerto, alguien le había pegado un tiro. Me llevé su cuerpecito a casa, berreando, y la sangre me estropeó el vestido. Lo enterramos bajo el algodonero. Alguien nos dijo que lo había matado un hombre del pueblo. Big Boy había entrado corriendo en el cementerio y se había dedicado a rasgar las banderitas. Las había convertido en trapos. A la séptima banderita, alguien lo vio y consideró que era una «deshonra a la bandera y un insulto a la nación». Así que le pegó un tiro. Yo he puesto una en su tumba. "


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