La trampa de la diversidad (fragmento)Daniel Bernabé
La trampa de la diversidad (fragmento)

"La clase trabajadora aunque es la mayoritaria en sociedad ha desaparecido por completo del mapa de la representación. Es decir, que mientras que durante la mitad del siglo XIX y casi todo el siglo XX fue una clase para sí, después de un proceso de identificación teórica por el marxismo y de un proceso de organización por parte de los movimientos comunista y anarquista, en el siglo XXI sigue siendo una clase en sí, aunque desconoce la existencia de sí misma. Si la modernidad nos trajo la conciencia de que el ser humano tenía capacidad de cambiar la historia para su beneficio mediante la razón, esto es, la idea de progreso, la posmodernidad rompió la noción de historicidad, de gran relato, de horizonte, dejando a la izquierda desarmada para afrontar sus cometidos. El proyecto del neoliberalismo destruyó la acción colectiva y fomentó el individualismo de una clase media que ha colonizado culturalmente a toda la sociedad. De esta manera hemos retrocedido a un tiempo pre-moderno donde las personas compiten en un mercado de especificidades para sentirse, más que realizadas, representadas.
Este mercado de la diversidad, en un último gesto casi de burla, ha ocupado el mundo del trabajo como las legiones romanas ocuparon Cartago: pasando el arado, sembrando la sal y maldiciendo la tierra. El Financial Times nos adelantaba las que serían las «tribus empresariales» del año 2018, en un artículo presuntamente irónico que se burlaba de las absurdas categorías laborales que ellos mismos promocionan constantemente. Así podíamos encontrar a becarios ambiciosos, gerentes millennials, gurús de la administración o conferenciantes principiantes.
Fiverr, que se define a sí misma como «la plataforma de servi­cios independientes más grande del mundo para que los emprendedores se centren en el crecimiento y creen un negocio exitoso a costes accesibles», es decir, una especie de red social para que traductores, diseñadores, publicistas y otro tipo de profesionales creativos ofrezcan sus servicios a empresas. Esta nueva manera de articular la relación laboral hace que la categoría de trabajador desaparezca contractualmente, convirtiéndose en una especie de unidad de producción independiente que además compite con otras auto explotándose. Fiverr publicó un anuncio donde se veía a una joven seria, morena, guapa, pero bastante delgada y con notables ojeras. El texto que acompañaba a la imagen decía, rebasando la última frontera del descaro: «Tú te tomas un café para comer. Sigues adelante cueste lo que cueste. La privación de sueño es la droga que has elegido. Tú debes de ser un emprendedor». No sólo estas nuevas compañías plantean un modelo pensado para destruir la acción colectiva desde uno de sus principales «acuíferos», el mundo del trabajo, sino que nos lo plantean de una forma aspiracionalmente agradable. No pasa nada por trabajar 12 horas al día, no dormir y no comer, porque tú no eres un vulgar trabajador, sino un emprendedor que compite con otros para alcanzar el éxito, parecen decir. Descriptivo, deprimente, destructor. Al menos la campaña provocó airadas críticas en redes sociales. Ahora los protagonistas de sus anuncios salen sonriendo y tienen un aspecto saludable.
Al final el futuro era esto. Ni siquiera la letanía con la que empezaba Trainspotting, la novela de Irvine Welsh, pudo haber previsto tal cosa, por eso ha llegado el momento de actualizarla:
Elige la vida, elige una familia, elige una carrera, elige una aplicación de móvil que convierta tu vida en una encuesta de satisfacción o que maquille como oportunidad individual la carencia que más te duela. Elige incluso ser partícipe de una gran broma siniestra, esa que te ofrece una app de nombre suizo y que vale para especular con acciones a futuro. Elige un empleo chateando con tu jefe, uno por unas horas y sin contrato. Elige tu restaurante o el mejor paso de Semana Santa puntuado por gente como tú. Elige una pareja, con buenos genes, fértil, con sus finanzas saneadas. Elige a tu candidato, para el Gobierno o el reality. Elige una enfermedad mental y su psicofármaco. Elige una minoría a la que odiar. Elige una minoría a la que pertenecer. Elige tus tradiciones. Elige nuestra no ideología, elige nuestra no vida, elige nuestra diversidad. Elige que nosotros elijamos por ti. "



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