Dmitri Shostakóvich. Genio y drama (fragmento)Carlos Prieto
Dmitri Shostakóvich. Genio y drama (fragmento)

"Apenas terminó su Segunda Sinfonía, Shostakóvich inició la composición de la obra que realmente le interesaba: su ópera satírica La nariz, basada en una de las Novelas breves petersburguesas de Nikolái Gógol. El libreto relata la historia de un funcionario, el mayor Kovaliov, que un día se despierta y descubre con espanto que su nariz ha desaparecido. Al mismo tiempo, su peluquero, a punto de desayunar, se topa con la nariz oculta en un trozo de pan y, presa del pánico y temiendo que pudieran acusarlo de habérsela cortado a alguno de sus clientes, se apresura a arrojarla al río Neva. El mayor Kovaliov continúa su búsqueda y cuál no sería su sorpresa al encontrar un día su nariz, disfrazada de personaje estatal de jerarquía bastante superior a la suya. Le suplica a su nariz regresar a su sitio pero ésta lo rechaza con el desdén propio de los altos funcionarios. Suceden las más variadas aventuras —en las que Gógol satiriza el papel de la policía y de las multitudes— hasta que la nariz decide retornar a su lugar de origen y el mayor Kovaliov vuelve a su vida banal de paseos por la Avenida
Nevsky y de persecuciones de chicas guapas.
Shostakóvich explicó su elección de La nariz por tratarse de una sátira de la época de Nicolás I y por la expresividad del lenguaje de Gógol.
La ópera es un torrente de invenciones musicales extraordinarias. Los episodios cortos e inesperados se suceden con rapidez. Jamás había demostrado Shostakóvich —que aún no cumplía veintitrés años— tal maestría y tan desbordante imaginación. Efectos sorprendentes se mezclan con hallazgos orquestales, como el famoso entreacto para instrumentos de percusión, la primera pieza sólo para instrumentos de percusión, compuesta tres años antes de la Ionización de Edgar Varèse.
El extremo modernismo de La nariz despertó una furiosa controversia. Ya antes de su estreno, algunos músicos, miembros de la Asociación Rusa de Músicos Proletarios, acusaron al autor de componer música que los mortales ordinarios no podían entender, de ignorar la realidad contemporánea y de ser culpable de “escapismo antisoviético” y de “formalismo”. “La obra es irrelevante para los estudiantes, los trabajadores metalúrgicos y textiles”, escribió Daniel Zhitómirski en nombre de la RAPM. “Si no acepta la falsedad de tal camino, Shostakóvich se encontrará inevitablemente en un callejón sin salida." No eran críticas para tomarse a la ligera. Ese mismo mes, en el campo literario, quedó proscrita la obra entera de Mijaíl Bulgákov, por quien Shostakóvich sentía una viva admiración. "



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