Diario de Cefalonia (fragmento) "Mi queridísima Augusta: Hace dos días que te mandé en tres carpetas un diario de una excursión a la montaña que hice recientemente con Mr. H. por los Alpes Berneses. Lo conservé pensando que te divertiría. Después de mi vuelta he oído por un conducto indirecto que Lady B. está mejor o bien. Dicen también que tiene intención de pasar el invierno en el Continente. Quiero que me digas una o dos palabras sobre este asunto, y puesto que, según tengo entendido, estás en buenas relaciones con ella de nuevo, serás el conducto más adecuado de comunicación entre yo y ella. Por mi hija. Está muy lejos de mi intención, ahora o en un futuro inmediato (sin un mal comportamiento por su parte que no quisiera anticipar), intentar separar a mi hija de su madre. Pienso que sería desagradable; y aunque sea para mí una privación muy dura verme alejado de la contemplación y compañía de mi pequeña, todavía no forzaré ni esto tan querido; pero debo protestar enérgicamente contra la salida de Inglaterra de mi hija para ser llevada al Continente a tan temprana edad y expuesta a tantos riesgos evitables de salud y comodidad; muy especialmente cuando, como sabemos, la mayor parte de Europa se halla en estos momentos en un estado de tanta inquietud. No pretendo que mi hija deba ser educada como el hijo de Lord Yarmouth (o que corra el peligro de pasar por una guerra), y le pido personal y particularmente a Lady Byron que, en el caso de que deje Inglaterra, la niña sea dejada al cuidado de las personas indicadas. No tengo inconveniente en que permanezca con Lady Noel y Sir Ralph (lo que naturalmente les encantaría), pero mis preocupaciones se verían aumentadas si mi hija saliera de Inglaterra sin mi consentimiento o aprobación. Te ruego que no pierdas tiempo para hacer saber esto a Lady B., y espero que me eches una mano para apoyar mi petición, no tengo intención de molestarla más de lo necesario. Todas mis esperanzas y proyectos para un tranquilo atardecer (si a él llego), están depositados en esta criatura —Ada— y debes excusar mi ansiedad en todo lo que a ella se refiere, incluso las menudencias… Mi diario te contará todas mis recientes divagaciones. Estoy muy bien a pesar de que ayer tuve un pequeño accidente. Estando en mi bote por la tarde, el mástil de la vela mayor se desprendió al virar en redondo y me golpeó en un nervio de una de mis piernas con tanta violencia que me hizo desmayar. Mr. H. y un poco de agua fría me hicieron recobrar el conocimiento, pero no hubo desgracias —ningún hueso dañado— y ahora no tengo dolor ninguno. Algún nervio o tendón recibió una sacudida por un instante, y eso fue todo. Hoy ceno en Coppet; creo que los Jerseys estarán allí. " epdlp.com |