Separación como descenso "El sol corría en el cielo, el taxi voló; había una especie de fiebre en el reloj esa mañana. Llegamos a Waterloo con tiempo de sobra y supe encontrar mi rumbo. El café amargo en un pequeño restaurante nos dio para conversar. Cuando el tren comenzó a andar te vi volverte y desaparecer, y las venas de mi cerebro estallaron, el tren rugió, los demás pasajeros saltaron presurosos, ardiendo el mudable aire che si cruccia, oí los demonios maldecir y chillar de alegría en ese lugar lejano a la súplica. " epdlp.com |