La ruta del doctor Shannon (fragmento)A. J. Cronin
La ruta del doctor Shannon (fragmento)

"Yo no podía soportarlo. Creí que mi corazón iba a estallar. Salí de la cocina, crucé la sala y me fui al exterior. Las escasas estrellas se estaban desvaneciendo y los primeros débiles dedos del alba habían borrado la oscuridad del cielo de oriente. Golpeándome la frente con los puños llegué a mis habitaciones y me dejé caer en una butaca inmediata a la mesa. No era únicamente que me hubieran arrancado mi modesto triunfo. Lo que me encendía la sangre y envenenaba todo mi ser era la absurda transformación de la victoria en derrota, el egoísta y criminal despilfarro de una vida. Hundido en ciego estupor, me entregué a la desesperación.
Debí de permanecer sin moverme durante mucho tiempo, porque estaba todavía allí, con mi sobretodo y mi pijama, cuando Katie apareció a las nueve para colocar el desayuno sobre la mesa. Incapaz de soportar sus solícitas miradas, pasé cruzando mi dormitorio al cuarto de baño, me afeité automáticamente y me vestí. Cuando volví, me estaba esperando un desayuno excelente: tostadas, café, jamón y huevos bajo la cubierta metálica. Pero, aunque necesitaba alimentarme, no pude comer nada, pues mi estómago se revolvió hasta con irnos pocos sorbos de café. Fui a la ventana y miré al exterior. Hacía una mañana fría y de niebla, precursora de la triste humedad del invierno.
Un golpe en la puerta. Mientras yo me volvía, la señorita Trudgeon entró lentamente en la habitación, arreglada, como de costumbre, pero mostrando en sus ojos algunos signos de cansancio. Su actitud era cordial. Se acercó a la chimenea, donde algunos leños crepitaban y despedían un remolino de húmedo humo. "



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