Shifu, harías cualquier cosa por diversión (fragmento) Mo Yan
Shifu, harías cualquier cosa por diversión (fragmento)

"Con la puesta de sol como telón de fondo, la camiseta roja de Yanyan parecía estar en llamas, irradiando su rostro dorado. No había razón para pensar que la risa siniestra hubiera procedido de ella. Una bandada de cuervos que regresaba a sus nidos voló por encima, lanzando sus  excrementos grises como si de gotas de lluvia se tratara. Muchas de ellas cayeron sobre su cabeza. Escupió en el suelo, sintiendo que le estaba persiguiendo la mala suerte. La copa del árbol continuaba radiante con la luz, a pesar de que el pinar se estaba volviendo negro y los murciélagos habían empezado a revolotear con destreza entre los árboles. Los zorros aullaban en el cementerio. Sus miedos regresaron.
Los espíritus estaban por todo el bosque, podía sentirles; sus oídos se inundaron con todo tipo de sonidos. La risa siniestra seguía apareciendo, y cada vez que irrumpía le provocaba sudores fríos. Recordó que morderse la punta del dedo corazón era la mejor manera de mantener alejados a los espíritus, de modo que así hizo, y el dolor punzante le despejó la mente.
Ahora podía ver que el pinar no era tan oscuro como le parecía un momento antes. Filas de túmulos funerarios y lápidas adquirían forma. Era capaz de distinguir los troncos de los árboles, surcados por los últimos rayos  de sol. Algunos cachorros de zorros estaban retozando entre las lápidas, vigilados por su madre, tumbada sobre la hierba, y cada cierto tiempo manifestaban su presencia aullando. Cuando miró de nuevo hacia el cielo vio a Yanyan, que no se había movido; alrededor de ella volaban
cuervos.
Un niño pequeño y pálido apareció de entre dos árboles y le entregó el gong y una maza, un hacha y una torta. El chico le contó que Montaña de Hierro estaba supervisando la fabricación de arcos y flechas, que se había enviado gente a Jiaozhou y que los líderes del pueblo se estaban tomando el incidente muy en serio; enviarían a alguien muy pronto. Hong Xi debía satisfacer su hambre con la torta y mantenerse alerta. Debía hacer sonar el gong si pasaba algo. "



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