Delirios populares extraordinarios y la locura de las masas (fragmento)Charles Mackay
Delirios populares extraordinarios y la locura de las masas (fragmento)

"Sin embargo, Felipe V de España nunca tuvo intención de permitir a los ingleses que comerciaran libremente en los puertos de la América española. Se abrieron negociaciones, pero su único resultado fue un contrato por el que se cedía el privilegio de proporcionar negros a las colonias durante treinta años y de enviar
un navío una vez al año, limitado tanto en tonelaje como en valor de carga, a negociar con México, Perú o Chile. Esta última autorización llevaba aparejada la dura condición de que el rey de España disfrutaría de una cuarta parte de los beneficios y de un impuesto de un cinco por ciento sobre el resto.
Esto supuso una gran decepción para el conde de Oxford y su partido, a quienes se recordó, con mucha más frecuencia de la que desearían, que Parturiunt montes, nascitur ridiculus mus (se ponen de parto los montes y nace un insignificante ratón).
Sin embargo, esto no hizo variar la confianza pública en la South Sea Company. El conde de Oxford afirmó que España autorizaría dos barcos, además del anual ya
acordado, para transportar mercancías durante el primer año, y se publicó una lista en la que se decía pomposamente que todos los puertos de estas costas
quedaban abiertos al comercio con Gran Bretaña. El primer viaje del barco anual no se hizo hasta 1717, y al año siguiente se suprimió el comercio debido a la
ruptura con España.
El discurso del rey en la apertura de la temporada parlamentaria de 1717 hizo alusión destacada al estado del crédito público y recomendó que se tomaran las
medidas adecuadas para reducir la deuda nacional. Las dos grandes corporaciones monetarias, la South Sea Company y el Banco de Inglaterra, presentaron propuestas en este sentido al parlamento el 20 de mayo siguiente.
La South Sea Company rogaba que su capital de diez millones se incrementara hasta doce, a través de suscripción o de otro modo, y ofrecía conformarse con el cinco por ciento en lugar del seis por ciento sobre la suma total. El banco hizo propuestas igualmente ventajosas. La Cámara debatió durante algún tiempo y al final aprobó tres leyes, llamadas South Sea Act, Bank Act y General Fund Act. La primera aceptaba las propuestas de la South Sea Company, que se comprometía a adelantar la suma de dos millones de libras para descargar el principal y los intereses de la deuda contraída por el Estado por los cuatros fondos de lotería de los años noveno y décimo del reinado de Ana. Por la segunda ley, el banco recibía un tipo de interés menor por la cantidad de 1.775.027 libras esterlinas y 15 chelines que el Estado le adeudaba, convenía entregar para su cancelación letras del Tesoro por valor de dos millones de libras esterlinas y aceptaba una anualidad de cien mil libras, al tipo de interés del cinco por ciento, redimible en su totalidad con un año de preaviso. "



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